Acierto del error: errorismo, insubordinación cotidiana
"No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla" (Thomas Alva
Edison, respondiendo a un periodista que le recordó que había cosechado casi mil intentos
fallidos antes de dar con el filamento de tungsteno)
Esté artículo toma como propios los despliegues de Rebeca Yanke, Madrid , España quien publicó "El acierto del errorismo" ¿Por qué incorporar al análisis un tema como el error? ¿Qué novedad trae ese "errorismo" sobre lo que fue un hilo -el acto fallido, el error, una palabra por otra, una letra por otra...) con el que Freud inicio su invención del análisis (Psicopatología de la vida cotidiana, 1904)? Señalemos un horizonte trazado por el actual "errorismo", se trata de la realización real de un hecho subjetivo. El error ya no será perseguido como algo a corregir o como un error de formación que habría que subsanar, ahora por el contrario el error es una fuente de iniciativa que puede conducir a que el sujeto aparenda de si mismo, aprenda a valorar sus errores. Si el colectivo no es nada sino el sujeto de lo individual (Lacan, 1966) , el error ya dejo de lado su pesada carga del pasado y de las supuestas asociaciones libres, ahora se lo toma en su superficie.
Este texto forma de la bibliografía del taller "De formación del analista" a realizarse el próximo viernes 27/01/2017 en un salón virtual, los interesados en inscribirse y participar de los gastos (U$A 10, su equivalente en la moneda de cada país) pueden escribir a sladogna@gmail.com. ¿Cómo se articula el errorismo con la impostura? El error de la posición subjetiva de la impostura -ofrecerse , como el falo, siendo lo que no se es- muestra qué falla atraviesa a la llamada "formación del analista. En el taller veremos si será posible y viable tener otras respuesta erroristas para el acceso al lugar del analista. El lector toma nota de un horizonte singular: el error ya no es la delación de una castración o de una falta que nunca será colmada, por el contrario el error abre el horizonte de una nueva posible creación.
El acierto del errorismo
Olvídese de lo aprendido y
también de los mitos que exporta Silicon Valley: ni cometer errores es algo
malo ni lo mejor del mundo; lo que sí es real es que hay un nuevo movimiento al
alza: el 'Errorismo', Reeebeca Yanke, Madrid @RebecaYanke
Americanadas, le dirá su cuñado
si se le ocurre mencionar, entre pan dulce y mazapán, que ha leído en el
periódico que cometer errores no es algo esencialmente negativo. No le falta
razón al cuñadisimo porque la alabanza del error es un clásico del discurso
emprendedor y de aquellos que -dicen- se han construido a sí mismos. Fail
fast, fail often -fracasa rápido, fracasa a menudo- es
sólo uno de los mantras que se escuchan en Silicon Valley, allá donde se cuece
nuestro futuro. Se parece a otra cita del escritor irlandés Samuel Beckett que
tal vez haya visto impresa en una camiseta o en una taza de desayuno: "Inténtalo
otra vez. Fracasa de nuevo. Fracasa mejor".
¿Para qué sirve el
error? Desde Silicon Valley precisamente habla para EL MUNDO Carver Mead
(1934), responsable, entre otras cosas, de que ordenadores y teléfonos móviles
sean cada día más potentes y ligeros. "A mis estudiantes les digo que si
un experimento funciona exactamente como esperábamos, será muy satisfactorio
pero... ¡no habremos aprendido nada! Otras veces sucede algo inesperado y esto
puede frustrarnos pero hay que aguantar esa frustración hasta que nos
percatemos de qué nos está enseñando ese supuesto error. Para estos momentos
vivimos los científicos", señala. En España, Fernando Polo, director de la
agencia Territorio creativo, especializada en transformación digital, aporta un
discurso similar: "El error es un mecanismo necesario y obligatorio en los
entornos profesionales del siglo XXI, está en boga, somos incluso fans. Es
seguro que fallarás así que mejor hacerlo cuanto antes y así saldrá más
barato".
No fracasé, sólo descubrí 999
maneras de cómo no hacer una bombilla (Thomas Alva Edison, respondiendo a un
periodista que le recordó que había cosechado casi mil intentos fallidos antes
de dar con el filamento de tungsteno)
Asumir "la belleza de
equivocarse", avanza Mead, "mejoraría la cultura global si los
sistemas educativos enseñaran este método de aprendizaje". Es decir,
aceptar, como hizo Thomas Alva Edison tras inventar la bombilla, ¡la bombilla!,
que los errores cometidos durante el proceso eran, únicamente, parte de un
aprendizaje hacia al éxito: el acierto del error. Para Miguel del Fresno,
sociólogo y especialista en el análisis de lo que las redes sociales implican,
"existe una cierta corriente de opinión que tiende a proponer el fracaso
empresarial y, por tanto, el personal, casi como una necesidad". Cree este
analista que "lo obvio es creer que de los errores se puede
aprender". "Para convertir un fracaso en aprendizaje se necesitan
dotes analíticas, inteligencia, autocrítica y capacidad para el aprendizaje. El
error por sí mismo no lo garantiza", advierte. Pero para otros, el
verdadero fracaso, "el metaerror", sería "equivocarse sobre lo
que significa equivocarse, verlo como un signo de fallo moral y no como un
gesto inseparable de nuestras cualidades humanas, como la empatía, el
optimismo, la imaginación...". Así lo cree la escritora norteamericana
Kathryn Schulz que, en 2015, publicó en España En defensa del error, un ensayo
sobre el arte de equivocarse (editorial Siruela).Los erroristas Va más lejos el
filósofo italiano Franco Berardi, Bifo, cuya imagen ilustra esta historia, en
entrevista con EL MUNDOEl error
es la única forma de progreso y de evolución en esta época basada en una repetición
infinita de algoritmos. El error es lo único que puede liberar la comunicación
humana de la maquinaria digital. Sólo el error puede salvar a la humanidad en
un contexto técnico y social basado en el dominio de la perfección de lo
digital". Bifo es un errorista, alguien para quien " ". Las
comillas pertenecen a Federico Zukerfeld y Loreto Garin, fundadores, junto al
resto de miembros del grupo artístico argentino Etcétera, de la Internacional
Errorista en 2005. Con ellos mantiene Bifo "erráticas
conversaciones" desde que se encontraron en Buenos Aires en 2007, al igual
que con "el pensador y activista norteamericano Brian Holmes y otros
exponentes del campo intelectual" actual.
: "
"El error es una afirmación negativa, una especulación sobre otro
resultado posible. La educación tradicional nos ha enseñado que debemos
combatir el error a cada instante. Nos han enseñado que el error es algo
negativo, prohibido e inaceptable. Errar está mal y quien se equivoque deberá
ser sancionado. ¿Pero quién no se equivoca? En la educación tradicional el
error se utiliza como variable para medir conocimientos, aprobar o desaprobar
al alumno. Cuando una niña o niño se equivoque será excluido, criticado o
humillado porque falló, porque 'no sabe' o 'no entiende'. La sociedad ha sido
educada para perseguir al errante y condenar al errorista", explican
por correo electrónico Zukerfeld y Garin. Precisamente en esa consecuencia del
error, el castigo, incide el psicólogo del gabinete madrileño Cinteco José
Carrión: "El problema no está en
cometer errores, de hecho es algo que le ocurre a todo el mundo, el problema
aparece cuando cometer errores se convierte en comportamiento punible".
El Errorismo surgió por error,
cómo no. En 2005, el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush,
llegó a Argentina "para hacer
cumplir la agenda de la cuarta Cumbre de las Américas" y el entonces Grupo
Etcétera decidió actuar, llevando a cabo "intervenciones que cuestionaban estereotipos". Mientras
preparaban su performance, uno de los integrantes llegó con un texto y el
primer error que le marcó el ordenador fue 'errorismo'. "En
realidad el título que él había querido escribir era "terrorismo y teatro" pero al parecer tenía el teclado tenía un
error en la letra T y por eso quedó escrito "errorismo y teatro".
El corrector decía: "errorismo no
existe. Usted quiso decir erotismo o terrorismo". "Quedamos
estupefactos ante la pantalla: por error había llegado a nosotros el concepto
que estábamos buscando. Pero no podíamos quedarnos sólo con esa prueba.
Inmediatamente fuimos a Google para intentar comprobar si el gran buscador de
internet ya tenía rastros y, al escribir la palabra mágica, Google arrojó cero
resultados. Así nació este nuevo ». Si usted teclea ahora Errorismo
ahora ya le aparecen más de 12.000 entradas. El error como fuente de
inspiración para los erroristas, equivocarse es una "fuente permanente de inspiración". Así pontifican sobre el
error: "La pérdida del temor a equivocarse, a fallar o fracasar, puede conducir
a una superación de las limitaciones personales y colectivas. Romper con las
inhibiciones y ser cada vez más libres de aquellas estructuras que
ridículamente determinan moralmente los valores y comportamientos sociales
impuestos por la educación tradicional en las instituciones, la familia o la
religión. El errorismo afirma la urgente necesidad de una campaña de
deseducación general. Estos activistas creen que, como define el proverbio latino,
"errar es una prueba de humanidad, que el error es la forma de educación
más práctica y real, porque educa, transforma y revoluciona. Debemos
deseducarnos de conceptos y falsas verdades como triunfo, éxito y eficacia",
animan. Así que aproveche ahora, que un nuevo año comienza, para equivocarse
mucho y, tal vez así, ser más feliz.
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