Angustia y Remedios: el arte del ¿hacer...saber? @sladogna
Dios está en los detalles. A. Warburg
Este texto se organizó tratando de seguir el método que las dos
protagonistas del vídeo llevan a cabo: “Estoy rara” práctica un método homólogo a la pintura que no habla, muestra un saber en acto. Angustias y Remedios transmiten un
hacer saber ante la "normalidad" que les exige vivir , en particular,
a las mujeres, de otra forma: la voz del locutor informando e imponiendo una de
las aristas de la "realidad", las tragedias, las malas noticias de la
"realidad", informaciones, a veces, que generan el disfrute de la
desgracia ajena. Subrayo: transmiten un hacer saber, no hacen teoría. Angustias
dice "Estoy rara...nos divertimos...es una cosa que no está bien...".
Muestra una práctica que vive, no habla de ella en forma abierta, si lo hiciese
sería calificada "no está bien..."
¿A qué se debe que las mujeres hacen saber sin hablar o dar
razones? Ellas
hacen saber corporal (sentidos, miradas, olores, sensaciones, afectos,…); ese
saber corporal hizo caer la intolerancia sobre las brujas: se quemaba su saber
ajeno a la ortodoxia. Las brujas eran mujeres emancipadas, solteras
generalmente, que vivían de la elaboración de remedios caseros. Hoy podrían
compararse, salvando las distancias, con farmacéuticas, curanderas o incluso
químicas. Eran mujeres de ciencia, que ponían en práctica conocimientos
heredados sobre plantas medicinales o ungüentos caseros. Ciertamente, eran
mujeres de mucha reputación en las comunidades locales a las que se acudía
asiduamente cuando la medicina oficial era incapaz de encontrar soluciones y
que utilizaban las escobas únicamente para limpiar sus casas. También fueron
condenadas y ejecutadas mujeres que no tenían ninguna
relación con la ciencia o la medicina. Hemos de tener en cuenta que hablamos de
una época en la que el adulterio era delito, así, se sospecha que muchas
mujeres fueron acusadas de brujería por hombres casados que temían su confesión.
Freud en una sesión de Marie Bonaparte formuló una pregunta, en 1925, su pregunta. Marie tomaba notas mientras se analizaba.
Freud le habría dicho: “La gran pregunta sin respuesta a la cual yo mismo no he
podido responder a pesar de mis treinta años de estudio del alma femenina es la
siguiente: ¿Qué quiere la mujer?” (2).
Marie Bonaparte tenía
sus peculiaridades:"...su práctica psicoanalítica no se atenía en absoluto a los cánones
establecidos. Por ejemplo, en muchos casos enviaba uno de sus lujosos
automóviles para trasladar a los pacientes a su consultorio en Saint-Cloud, o,
cuando el tiempo lo permitía, realizaba las sesiones en el jardín de su casa,
estando ella misma recostada en una chaise-longue
tras el diván del paciente, haciendo crochet mientras lo analizaba. Por otro
lado, cuando se iba de vacaciones a Saint-Tropez o a Atenas llevaba con ella
cuantos pacientes podía, los cuales solían hospedarse en su propia
residencia" (3) Coincidencia: Lacan, odiado por Marie Bonaparte, realizaba
años después en su consultorio, mientras recibía a tal o cual analizante, tejía o intentaba tejer un nudo borromeo. Pierre
Soury tejía con agujas e hilos nudos, Pierre se atrevió a señalar a Lacan había un posible
error en los tejidos de una sesión del seminario, así comenzaron una colaboración.
Lacan no dejó de interrogarse en su vecindario sobre el
saber que tienen las mujeres, tenía una
queja, ellas saben pero no transmiten, guardan silencio, quizás él no percibió que hacen, como el arte, no requieren formular saber, eso ya está en sus
actos. También, quizás no percibió que "hablan" lenguajes que no están
hechos solo de palabras. Un cuadro
transmite sin palabras. La esposa de Freud al dejar de recibir un ramo de
flores en su aniversario no requirió de un saber teórico previo, le basto con
el acto.
Jacques Lacan compartía con ellas en acto su accionar al
hacer un seminario herético: Descartes no
creyó superfluo, en esa regla X, hacer la observación de que, 'como todos los
espíritus no son igualmente llevados a descubrir espontáneamente las cosas, por
sus propias reglas', esta regla, la que él enuncia, enseña que 'no hay que
ocuparse enseguida de las cosas más difíciles y arduas, sino que hay que
profundizar ante todo las artes menos importantes y más simples, sobre todo
aquellas donde el orden reina más, como son las de los artesanos que hacen tela
o tapices, o las de las mujeres que bordan o hacen encaje, así como todas las
combinaciones de los números y todas las operaciones que se relacionan con la
aritmética y otras cosas semejantes...No hay la menor sospecha de que al decir
estas cosas, Descartes haya tenido el sentimiento de que hay una relación entre
la aritmética y el hecho de que las mujeres hacen encaje, incluso que los
tapiceros hacen nudos. Por otra parte es cierto que Descartes, menos que nadie,
jamás se ocupó de los nudos..., a partir de la visión de una simple figura como
la que acabo de hacer en el pizarrón, ustedes no pueden de ninguna manera dar
razón de esto, si sí o no el embrollo que han trazado es o no es un nudo, y
esto cualesquiera que sean las convenciones que ustedes se hayan dado por
adelantado para dar cuenta del nudo como tal…
Es que también hay
algo que merece que uno se detenga en ello, es esto: ¿es por el hecho de la
intuición?, pero lo que yo les demuestro es que eso llega mucho más lejos, no
es solamente que la visión haga siempre más o menos superficie, es por razones
más profundas y que de alguna manera estos nudos se las vuelven tangibles, es
por razones más profundas que, para lo que es de la naturaleza, de la naturaleza
de las cosas como se dice, el ser que habla, puesto que después de todo no
podemos decir gran cosa de los otros, al menos hasta que hayamos entrado de una
manera un poco más aguda en el sesgo de sus sentidos, para el ser que habla, él
está siempre en alguna parte mal situado entre dos y tres dimensiones"
( Jacques Lacan, transcripción fonética del título: hérésie, rsi, herejía)
seminario oral de 1974-1975, sesión del 14 de enero de 1975)
El lector notará que Lacan hace presente el término “intuición”.
Es conocida la frase del “encanto de la intuición femenina”. La intuición ha sido estudiada en psicología como una disonancia
cognitiva: la tensión o incomodidad que percibimos cuando mantenemos dos ideas
contradictorias o incompatibles, o cuando nuestras creencias no están en
armonía con lo que hacemos. Quizás, Krishnamurti, un místico indio, se acerca más a la intuición, un componente
del hacer saber corporal de las mujeres: “La causa primaria del desorden en
nosotros mismos es la búsqueda de la realidad prometida por otros.” Añado: Angustia
y Remedios desafían esa “realidad prometida”, la enfrentan desde su lenguaje
intuitivo, afectivo, sensitivo.
En las redes localicé respecto un subrayado del título y el
tema del seminario que acabo de citar de Jacques Lacan:
Las mujeres plantean un hecho: están al
margen de la razón que los hombres han construido y que cuando aparece su saber
en acto fuera de la razón, los hombres suelen quedarse , en ocasiones, sin
saber que hacer, ante un acto que les cuestiona el saber establecido, incluso ,
por qué no, los angustia o pasan acto criminal . La razón cartesiana es un superyó
razonante y excluyente. Quedar al margen de la razón acerca a las mujeres a la
posición de Dios que está fuera de la razón, él no da las razones de por qué
ocupa su lugar. La teología se hace atea
cuando intenta construir esas razones, mientras que los creyentes, los enamorados de Dios (y de cada
mujer) no requieren razones para vivir esas relaciones. La poesía amorosa no
deja de cantar a ese amor que se vive sin razón, quizás cuando aparecen las razones,
ese amor se modifica, se concluye, se pierde,....se pierde la poesía.
Estas notas tiene como objetivo introducir una pregunta: el orden la
razones teóricas pueden ajustarse, orientarse por el hacer saber producido en
cada diván. La cuestión de la expresión/contenido quizás abre una cercanía entre los hechos y el saber que ellos despliegan. Aquí el relato de una amiga: llegaba con su analista afectada de
forma extrema por una sensibilidad que podría ser calificada de paranoica, en
otras era atormentada por experiencias que sentía como alucinaciones, era atormentada por una angustia que se le
aparecía como infinita. En su sesión añadió "Pienso que soy
psicótica", recibió como respuesta "Si piensa eso tendría que ir a un
hospital psiquiátrico" Quedó sorprendida, no parecía entender, en las
sesiones siguientes confiesa algo respecto de su hacer: al escribir
poesías o pintar un cuadro pensaba que eso era hacer análisis, se ponía mal
cuando ante la posibilidad de dar a conocer su experiencia,
le preguntaba al analista "¿Se aceptaría su hacer ?" Si el ser de cada quien
es la forma de encarar la vida, de hacer ante la vida, ella estaba en riesgo de quedar no incluida al salirse de la ortodoxia. La invención del psicoanálisis
por Freud, el desplazamiento que efectuó Lacan del análisis -sin psique, una
herejía- estaba fuera de la razón, ambos
estaban advertidos, leyeron un escrito Las Locuras Razonantes. El
delirio de interpretación, de Paul Sérieux y Joseph Capgras.
Hay cuestiones que surgen en el diván que no son tomadas o
que son traicionadas cuando se las intenta traducir al orden de la razón del
saber, del saber académico que opera en las comunidades analíticas, una forma
del delirio de interpretación que se constituye ante aquello que está fuera de
su razón ¿Cómo transmitir algo ajeno a la razón previa o ya construida, cómo
transmitirlo de otra forma que no sea aplastarlo con razones? Hoy tenemos una
novedad las mujeres, Angustia y Remedios, han comenzado a transmitir su saber
respecto de los hombres, de sus cuerpos y de cómo encaran sus dolores. Ante el
síntoma que los hombres le ofrecen ellas responden, en ocasiones con una
mascarada "Al mal tiempo buena cara".
1.-Carlo Ginzburg: “Señales. Raíces de un paradigma
indiciario”. Aldo Gargani (comp.): Crisis de la razón. Nuevos modelos en la
relación entre saber y actividades humanas. México, Siglo Veintiuno Editores,
1983.
2.-Bertin, C. La dernière Bonaparte. Perrin, Paris, 1982,
texto citado por Mariam Alizalde en
Enigma de Mujer / Enigma de la Creación, en
http://www.imagoagenda.com/articulo.asp?idarticulo=623
3.- Reyes Vallejo Orellana. Antonio Sánchez-Barranco Ruiz en
El trío psicoanalítico francés: Eugénie Sokolnicka, Sophie Morgenstern y Marie
Bonaparte: http://www.revistaaen.es/index.php/aen/article/view/15851
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