El 12 de octubre la muerte de los dioses antes de Nietzsche
El
12 de octubre es una fecha que, al menos para quienes se interesan por
la vida subjetiva, no ha de pasar desapercibida. Esa fecha indica la
muerte de los dioses, una muerte que se extendió por el conjunto de lo
que hoy se conoce como América Latina. La muerte de los dioses fue una
muerte anterior a la muerte que Nietzsche anunció y descubrió en Europa; la caida
del panteón de las divinidades tuvo, y tiene, enormes efectos
espirituales, es decir materiales, no hay habitación del lenguaje sin el
espíritu: la letra mata el espíritu vivífica, señaló Lacan, uno de los pocos analistas europeos -lugar de invención del
análisis-, uno de los pocos -quizas el único- que fue sensible a lo que
esa muerte implica para quienes habitamos el lenguaje en estas tierras
¿Se escucha?¿Escuchan? Lacan el 23 de marzo de 1966 les decia a los
asistentes a su seminario en París, Francia
En fin, las cosas que vi me tocaron en dos puntos, es que no se puede sino quedar muy impresionado de ver algo... en fin, algo que es la religión antigua, ya que hace un rato hablándonos de religión de estos pueblos que están siempre ahí absolutamente intercambiados, la cara y, me atrevería a decir, la mirada de estos indios, siempre las mismas, ya sea aquellos que lo sirven con paso discreto en los corredores de los hoteles a los que habitan las cabañas todavía de caña al borde de las rutas, estos indios que tienen las mismas figuras exactamente que vemos fijadas en el basalto o el granito, estos fragmentos flotantes que recogemos de su arte antiguo, estos indios tienen ahí no se qué de una relación que persiste con la sola presencia sobre los monumentos, pero que se llaman impropiamente pictogramas, ideograma u otras designaciones impropias de lo que podamos llamar jeroglífico y también no siempre descifrados, pero cuya recuperación por los pintores contemporáneos o los arquitectos, porque en Chicago hay sobre las paredes de una biblioteca ultramoderna, por ejemplo, las cuatro fachadas enteras decoradas por los que podemos llamar el uso de restos de estas formas significantes, lo que se vehiculiza por ahí me parece algo enigmático y, a la vez, algo tan impresionante por esta especie de lazo invisible a través de una ruptura irremediablemente que subsiste entre las generaciones que se le cantan y aquellas de estos estudiantes que pueblan una Universidad en México, yo diría la más enorme de todas aquellas que vi, con estos signos, estos signos con los cuales algo está roto para siempre y que sin embargo, están ahí traduciendo de una manera visible lo que yo no podría llamar, porque estoy frente a este auditorio, sino una relación conservada con lo que hay de tan sensible en todos lo que sabemos de estos cultos antiguos, esta cosa de la cual no comprendieron nada sino un efecto de horror los primeros conquistadores y que no es otra sino por lados visibles, por todos lados presentes, por todos lados enganchada en formas de la divinidad que no es otra que el objeto a .
La desvastación del panteon de los dioses, la ausencia del vuelo de Quetzatcoatl o la perdida de K'ata que desde lo alto observaba la vida de los tobas, no fue un hecho filosófico, no fue una narración ficcional -la del loco anunciando el evento como lo escribió Nietzsche- se trató de un hecho de otra cualidad y calidad: fue acto histórico vivido, sufrido en carne y hueso. En el filme canadiense:Las invasiones bárbaras (dirigida por Dennys Arcand, 2003) se da una cifra: treinta millones de habitantes fueron enviados a la muerte para instalar el panteón del Dios barbado, sin el uso de las cámara de gas o campos de concentración, los conquistadores en el norte y los colonizadores en el sur, lo hicieron con hachas, espadas y mosquetones. Recordemos que los habitantes de América de acuerdo a la teología reinante en la epoca carecían de alma, no podían ni llegar al cielo ni tampoco al infierno.
Entonces reiteramos ¿Se escucha? Qué nos dice ese acto de la muerte del panteón del politeismo, qué nos dice ante la actual muerte de Dios, anunciada por Nietszche, muerte contemporanea a la invención del psicoanálisis. ¿Cómo afecta a la vida subjetiva del lenguaje ese pasaje del politeismo al monoteismo? ¿Se escucha?
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