Primera Parte.- Preguntas a Enrique Dussel sobre ”El amor en la República”* *Alberto Sladogna, psicoanalista, @sladogna
En la práctica del psicoanálisis el diálogo, los debates y
las críticas con el horizonte de la filosofía permiten transmitir algo de lo
que ocurre en la experiencia de cada análisis; eso que ocurre en un diván no está
alejado de la vida cotidiana. Sostener como horizonte el diálogo crítico con las formulaciones de la filosofía
es insoslayable. El amor es lo que permite iniciar, desplegar y concluir una
experiencia analítica, es decir, el amor es lo único que cuenta en un
análisis. La experiencia del análisis
vive y despliega muchas formas diversas del amor.
Enrique Dussel es filósofo, aborda en “El amor en la República[i]. Dussel tiene una larga practica en el tema no
por nada fue el arquitecto de la Teología
de la liberación, una práctica de la religión a la que debemos mucho, en
América Latina mucho. Hoy, Enrique Dussel acompaña las formulaciones del amor de un político excepcional –se ubica en la
excepción: Andrés Manuel López Obrador- , no sólo lo hace con su escrito, Dussel
es miembro del colectivo encargado de conducir un foro titulado Por
una república amorosa (periódico Regeneración,
24, febrero ,2012). Un foro es una generosa invitación a dialogar e interrogar
el tema. El amor es el nombre de una
intersección del psicoanálisis con la filosofía, con la política.
Acepto la invitación como practicante del psicoanálisis
aceptó dialogar y desplegar algunas cuestiones. Veamos. Inició con una
coincidencia La palabra amor es sumamente
ambigua, puede decir lo mejor y lo peor, pero no por ello hay que entregarla a
los que la ensombrecen, ensucian, desacreditan. Si expresa también lo mejor
habrá que meditar por qué. Pregunta, las ambigüedades del amor incluyen las
formas del amor, no hay un solo y único amor ¿Cómo hacer para separar el amor
de la locura que conlleva su experiencia? Empleo locura
en el horizonte que abrió Erasmo de Rotterdam en El elogio de la locura[ii].
Enrique Dussel formula una precisión de orden biológico: El cerebro humano tiene un sistema de
conocimiento (neocortical) y un sistema afectivo (el sistema límbico)….El
segundo nos mueve, motiva, nos da el poder de efectuar ese mismo conocimiento,
y todos los actos humanos, desde el comer, el beber, el pensar, el decidir
práctico, el organizar sistemas culturales, económicos o políticos. El amor es
un sentimiento, una emoción, una pasión y hasta una virtud. La descripción
es pertinente, solo llaman la atención dos hechos:
a.- A partir de la filosofía
de Rene Descartes se instaló la
razón única, y por consiguiente, se
desplazó el lugar de los afectos. Rene Descartes produjo ese desplazamiento al
ritmo de una relación amorosa con la Princesa Isabel
de Bohemia. El amor provocó un desplazamiento, haya sido como haya sido ese
amor de la princesa con su filósofo. La correspondencia entre ambos arrojó como resultado el
tratado de Las Pasiones del Alma (1649[1]). Esa mujer sufría por
sus afectos, busca un asesor
espiritual en el filósofo.
El tratado introduce
un nuevo centro: la glándula pineal
para dar cuenta de un estudio de los procesos y reacciones psicosomáticos en el
hombre, con un énfasis en las emociones y pasiones. Es el inicio del biopoder:
los afectos, según ellos, serían un elemento orgánico tratado por la ciencia y
sus productos. Se descartó un dato: si no existe el término amor,
sino hay un lenguaje del amor, los cuerpos no aman ni sufren las consecuencias
del amor. El afecto es una consecuencia –o declinación- del verbo afectar; ese
verbo como otros constituyen los incorporales que modifican los cuerpos: si
corto con un cuchillo una carne la
transformo en carne cortada, sufrió un afecto, quedo afectada por el cortar[iv]
b.- Descartes al introducir la glándula pineal dejo de lado
el corazón. Como se dice en la calle:
tal o cual político no se tentó el corazón para llevar a delante sus planes,
por ejemplo, G. Bush, Jr., no se tentó ni se tienta el corazón para hacer lo
que hizo en Irak y otros lugares. Quizás, nos guste o no, debemos aceptar su
amor por la política que él –junto con otros sostiene. Sí, los malos también aman. El amor no es ajeno al mal, esa es
su ambigüedad.
El corazón en más 100 lenguajes humanos sostiene la
corazonada, sostiene la experiencia del amor. El amor es un afecto corporal, no
es una sensación que se reprime, solo circula por la superficie de nuestros
cuerpos. El componente orgánico del amor tiene la estructura material del
lenguaje. El lenguaje es un acto corporal. El cuerpo es lo que es por el efecto
incorporal del lenguaje.
Enrique realizó una
lectura diferente a partir de una descripción tuya cuando señalas que Lo que no se ama no es querido, no puede
entonces realizarse, efectuarse, llevarlo a la existencia. B. Spinoza nos
hablaba de pasiones negativas (por ejemplo, el odio) y de pasiones positivas
(el amor).
¿Cómo logras distinguir y concluir que si alguien es odiado no
es amado y por eso odiado? ¿Cómo logras distinguir que ese odio no sería
manifestación de amor? Una forma que
existe en la vida cotidiana de los humanos. El caso de la guerra sucia revela
eso: los medios odian a López Obrador y en tanto lo odian no dejan de tener los
ojos puestos en él ¿No es eso una forma amor? En el amor no se le pierde
pisada, ni se le sacan los ojos de encima a quien amamos. Recordaras que
Sócrates en El Banquete insistía una
y otra vez en esos movimientos donde el amor se mostraba con la apariencia de
un rechazo, ese rechazo era una forma de amor.
Tu texto sitúa bien una encrucijada de México: En la situación de pesimismo, de temor, de
violencia, de depresión, de injusticia, de pobreza que se encuentra nuestro
país, no viene mal desplegar un horizonte distinto, positivo, de cierta
esperanza (tan estudiada por Ernst Bloch, de la corriente marxista cálida).
Bienvenida la consigna [Por una república amorosa]. Quizás la dificultad no está en la
consigna, sino un hecho previo ¿Cómo realizar política en una ciudad –la polis-
donde se instaló la política del espectáculo?
La política de los clásicos griegos tenían como requisito la
igualdad de los ciudadanos para desplegar la política y así gobernar ¿Cómo
hacer eso cuando Salvador Allende y Andrés Manuel, dos políticos, en tiempos
distintos, mostraron la existencia de una república
simulada? El lector verá un despliegue más preciso de la ciudadanía, la
igualdad y los cuerpos en la antigua Grecia en este video: Escucharte,
24/03/2012, Heidegger-Lacan ¿Hay articulación” [2]
Dussel insiste en separar el amor del odio y de la
indiferencia. Así una madre, como lo señalas, que decide tener un hijo a
sabiendas de que eso la pone en peligro, es indiferente al “peligro” que otros
le diagnostican y al mismo tiempo sostiene un desafió: Sean o no las
condiciones, ella quiere, desea tener ese hijo, con ese deseo le basta y sobra,
quizás luego de allí surgirá un amor. Quizás pueda ocurrir luego una dificultad
y que ella trate de indicarle al hijo que él o ella le deben su vida pues ella
se sacrificó. Esto es pertinente pues hay sectores de la sociedad que no
aceptan que se le proponga como líder político, un político que se sacrifica
por el país. Acaso ¿No es eso lo que aleja, hoy, a muchos creyentes de la
figura de Cristo que “se sacrificó por
nosotros, para lavar nuestros pecados” ? Te recuerdo que son muchos los
políticos que hablan y hablaron del amor al sacrificio, incluso algunos juraron
defender el peso como un perro por amor
a su país.
Dibujas un cuadro muy
exacto:[sin amor] De lo contrario seguirá
reinando el odio. El odio es un sentimiento oscuro; quien odia se alegra, es
verdad, pero del mal, del sufrimiento, de la derrota del otro. ¿Cuál
político está en condiciones de lanzar la primera piedra? El trato que suelen
dar a sus seguidores no parece exceptuarlos ¿A qué nos puede conducir proponer que existe
Uno que sólo ama y/o que es el ÚNICO
ama? ¿A qué conduce sostener que existe uno que es la excepción y que esa
excepción construirá la regla? Salvo que se trata de una maniobra retórica para
hablar del misticismo. Si, los místicos han desplegado una retórica del amor
muy interesante solo que el misticismo en política, en filosofía y en
psicoanálisis no goza de mucho público, más bien la mística aparece como una
retórica suprimida[v].
La posición del único que es solo amor condujo a resultados
que tú conoces. Recordarás al gobernador Bonifacio (417) que tenía que
enfrentar por amor a una secta, los donatistas. Para hacerles frente
expuso un núcleo duro del amor con el odio: Hay
una persecución injusta, la que hacen los impíos a la Iglesia de Cristo, y hay
una persecución justa, la que hacen las Iglesias de Cristo a los impíos…La
Iglesia persigue por amor.
Solo subrayo la presencia del amor y de lo que
el amor desata. Estimado Enrique no creo que compartas cierto pre y per juicio
de algunos psicoanalistas ante la obra del marqués de Sade: Esa obra no tuvo
lugar sin haber abrevado del amor desplegado por el catolicismo. En sus obras
nunca faltan monjas amorosas y sacerdotes amantes.
Luego, sostienes una visión del amor que conviene seguir al pie
de la letra: Por el contrario, el amor es
expansivo, creador, abre las venas y la sangre irriga el cerebro: imagina un
futuro mejor… Es más, obra, lucha, trabaja para que la comunidad crezca. K.
Marx, en su examen de bachillerato a los dieciocho años, escribió que elegiría
la profesión por la que pudiera "hacer feliz a la mayor cantidad de
gente". Ése es un gesto de inmenso amor.
Es pertinente lo que afirmas: Marx practicaba
en ese caso un forma del amor: dar a muchos la felicidad, les prometía lo que él no tenía ¿Cuál era la
felicidad que ellos querían? Esa felicidad ¿será la misma que Marx sin tenerla les
ofrecía?
Incluyes un tema que ha sido soslayado, soterrado, excluido:
El que ama no es vengativo, sino que sabe
perdonar (2). El perdón es el no atribuir la falta al victimario del mal
recibido (la víctima es la que perdona); es borrar la culpa del otro (por el
mal que me ha hecho), a fin de que habiendo recobrado la inocencia (y no
sintiéndose acusado, aunque sí agradecido por el don del perdón) pueda trabajar
junto a la comunidad por una causa justa futura.
Es la primera vez que encuentro escrito con claridad algo muy difícil
de hacer público, tú tienes la valentía de hacerlo con todas las letras: entre
el victimario y la víctima hay un lazo de amor que se despliega en tensión ante
la presencia del odio. La victimización deja encubierta una forma del amor, una
forma más de hacer el amor. Es importante pues así, con tu referencia al caso
de Pinochet, separas dos cuestiones: a.- un perdón que abre a la reconciliación,
incluso de quienes eran contrarios y b.- cada quien responde ante una justicia
compartida por las consecuencias jurídicas de sus actos. Son dos horizontes
distintos.
Enrique Dussel hace
un obsequio, nos remite al "himno al amor"[vi] de Pablo de Tarso, hoy de
moda en la filosofía política en Europa, Estados Unidos y en algunas
universidades de América Latina. Dice Pablo: Ya puedo hablar las lenguas de todos los hombres… que si no tengo amor
no paso de ser una campana que retiñe y unos platillos estridentes. Ya puedo
hablar inspirado y penetrar todos los secretos y todas las ciencias; ya puedo…
dar todo lo que tengo, ya puedo dejarme quemar vivo, que si no tengo amor de
nada me sirve. El amor es paciente, es afable; el amor no tiene envidia, no se
jacta ni se engríe, no es burdo ni busca lo suyo, no se exaspera ni lleva
cuenta del mal, no aprueba la injusticia, simpatiza con la verdad. Disculpa
siempre, confía siempre, espera siempre, aguanta siempre”. El imperativo sería:
"¡Yo soy, porque tú eres!"
Un imperativo en boca de Pablo quien
no frecuentó la vida del Jesús, el apóstol la trató con indiferencia, esos
temas y las parábolas no lo atraen. Pablo se fija y se fija como objeto de
Cristo: muerto en la cruz y resucitado. A partir de ese amor por la pasión de
Cristo, el apóstol se dedica con amor a realizar la institucionalización del
cristianismo junto con dejar sentadas las bases para un amor de orden
comunitario. Su obra impacto en los grandes giros dentro del cristianismo no
siempre han sido un regreso a Jesús; conversiones como las de San Agustín,
Martin Lutero, John Wesley, Soren Kierkegaard, Kart Barth, las abortadas
posibilidades que abrió el Concilio Vaticano II, surgieron, casi sin excepción,
de la relectura de la Carta Magna del cristianismo, que es ese documento
ineludible, la epístola de Pablo a los Romanos. En el plano secular, fue
detestado por Nietzsche; reivindicado por figuras como Erich Fromm, Hannah
Arendt , hasta en forma reciente Slavoj Zizek lo estudia en El títere
y el enano. El núcleo perverso del cristianismo.(Bs. As, 2011).
Subrayó un trazo a desplegar: se trata de un retorno a
la Republica Amorosa, mientras Pablo con su carta abre un retorno que no es a
Cristo; Lacan lanzó un retorno a Freud
que inauguró algo semejante: retornar construyendo aquello que es
otra cosa. Convengamos esta operación no es sin una práctica del amor ¿Cuál?
Notemos cómo regresar a una república que no tuvimos, que no vivimos, que no
tiene historia, quizás se trata de pasar a otra cosa, inventando nuevas formas
comunitarias del amor.
San Pablo fue el responsable de abrir el pensamiento de
Jesús al mundo no judío, y romper con las ataduras a una ley nacionalista
caduca y reemplazarla por el concepto de la gratuidad y universalidad de la
salvación. Es interesante observar que Lacan al enseñar de forma pública y
abierta las enseñanzas de Sigmund Freud le quitó el chaleco con que la
corporación psicoanalítica –I.P.A- le había colocado; con ese chaleco la IPA -una iglesia institucional- dejaba al psicoanálisis atrapado dentro de un mundo cerrado y
excluyente
Dussel informa de otro trazo donde por vía del amor la
política de la ciudad, de la polis, del Estado hacen intersección con el
psicoanálisis ¿Cómo? Dussell cita la
obra del filósofo árabe Alfarabi, La ciudad virtuosa y añade de
la que tanto aprendió Leo Strauss. Este último autor escribió uno de los libros de
cabecera de Jacques Lacan: La persecución y el arte de la escritura
.Ese texto despliega un método amoroso para leer bajo la vigilancia de la
persecución .Se trata de leer entre líneas como corresponde a los signos del amor.
[i]
Periódico La Jornada, miércoles
28/03/2012, primera parte
[iii]
Cfr.: Gille Deleuze, La lógica del sentido, enhttp://www.philosophia.cl/biblioteca/Deleuze/L%F3gica%20del%20sentido.pdf
[iv]
Cfr.: Este blog contiene una introducción digna de leerse por las sorpresas que
depara y al mismo tiempo nos ofrece un versión del himno en griego, en latín y
en castellano http://sanchezsottosanto.over-blog.es/article-36320886.html
[v]
Jacques Le Brun, El amor puro de Platón a Lacan, Bs.As.,Edic., El cuenco de la plata, 2004
Usted, Maestro, es fascinante, me gustan mucho sus disertaciones respecto de todos los temas. Lo felicito y espero continúe en la misma línea a la izquierda del espectro político.
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