Un método peligroso: reportaje a Jacques Lacan, texto presentado por Alberto Sladogna, psicoanalista,@sladogna
Reproducimos aquí una entrevista
realizada a Jacques Lacan en el 21 de diciembre de 1974. Han pasado ya treinta y ocho años de
la misma ¿Cuál es el objeto de hacerla circular hoy? El objeto no es ninguno
salvo el placer de leer, si el placer de leer una entrevista, ni más ni menos,
leer entrega, a quien se arriesga a practicarla,
a una experiencia del plus del placer (un plus del goce). Conviene precisar: si
se está fatigado es cuando se presenta el horizonte de continuar sin objetivo
alguno, salvo el leer. Leer por el disfrute, el plus de goce, que leer provoca.
El plus de gozar la lectura abre horizontes inesperados.
La entrevista tiene
característica particulares, si los l@s lector@s lector juega leyendo tendrá
algunas señales producidas por el plus de gozar, citemos algunos:
a.- Los
lectores pueden localizar que Jacques Lacan no vacila en indicar que la ciencia
y sus prácticas son una locura ¿Qué clase de locura? ¿Cómo cambia esa
localización las articulaciones de las prácticas conjeturales –el psicoanálisis
es una de ellas- con las ciencias?;
b.- Lacan insiste una y otra vez en que él
solo se limita a leer la obra de Sigmund Freud que habría sido desbastada,
según Lacan, por sus discípulos y las instituciones psicoanalíticas – IPA
fue creada por Freud a imagen y semejanza de la Iglesia y el Ejercito, cfr: Psicología
de las masas y análisis del Yo. El reportaje muestra una faceta del retorno
a Freud practicado por Jacques Lacan: ninguna de las referencias o
citas que Lacan atribuye a Sigmund Freud pueden localizarse en las obras
escritas y/o en las correspondencias de Freud. Esas referencias en el reportaje
están entre comillas para subrayar su carácter. Entonces, quizás sea el tiempo
de despejar un hecho: el retorno a Freud de Jacques Lacan es un método peligroso –cito a
David Cronenberg, Un método peligroso;
c.- Hoy cuando asistimos a una
hiperinflación de la psicopatología, de los traumas, de la jerga lacaniana, el
reportaje muestra a un Jacques Lacan que recupera una tradición secreta no necesariamente escrita en
textos “teóricos” de Freud y/o de Lacan: el psicoanálisis es el placer de
disfrutar un método peligroso que puede permitir a X o Y a vivir más allá de las estadísticas o más allá
o más acá de lo políticamente correcto. Un filme reciente Tenemos que hablar de Kevin
expone las consecuencias mortíferas de vivir bajo el yugo de lo políticamente
correcto en la vida, en el amor y en la erótica de tal o cual mujer u
hombre, tengan las forma de vida que tengan.
Quizás, por el simple placer de
leer y de disfrutar presentamos este reportaje a Jacques Lacan, donde la
lectura permite indicar que no hay crisis del psicoanálisis, sino que por el contrario,
la crisis es del orden de sus límites acartonados difundidos por el chaleco de
fuerza de las instituciones psicoanalíticas, excesivamente orientadas por la
brújula del amo: así se puede localizar un reportaje a Philippe Solers quien da
cuenta de la obra del psicoanalista, Jacques Lacan, a partir de que Solers
descubrió que Lacan buscaba El amor que no obtuvo…No fue amado…nunca se
curó de una nana de amor… De una gran nana. No funcionaba, que más decir (Cfr. artefactos, una revista de la elp,#· 2 , pp. 30-31) .
Esa hipótesis psicológica hace aparecer el horizonte de lo políticamente correcto
para enfrentar una “enseñanza” que desplegó un método peligroso.
Revista Panorama (Roma) 21/12/1974. Panorama entrevistó a Lacan para
hablar del psicoanálisis, de sus métodos, técnica y doctrina.
Panorama: Prof. Lacan, se escucha
hablar más y más a menudo de la crisis del psicoanálisis: se dice que Sigmund
Freud está superado, la sociedad moderna ha descubierto que su doctrina no
alcanza a comprender al hombre ni a interpretar a fondo su relación con el
ambiente, con el mundo…
Lacan: Son historias. En primer
lugar : la crisis, no existe. No está , el psicoanálisis, al contrario, no ha
alcanzado del todo sus límites. Hay aún muchas cosas para descubrir tanto en la
práctica como en la doctrina. En el psicoanálisis no hay solución inmediata,
sino solamente la larga y paciente investigación acerca de los porqués. En
segundo lugar: Freud. ¿Cómo se lo puede juzgar como superado si no lo hemos
comprendido enteramente ? Lo que sabemos es que ha dado a conocer cosas
totalmente novedosas que no se habían imaginado antes de él, problemas… del
inconsciente hasta la importancia de la sexualidad, del acceso a lo simbólico
al sujetamiento a las leyes del lenguaje.
Su doctrina ha puesto a la verdad
en cuestión, un asunto que concierne a cada uno personalmente. Nada que ver con
una crisis. Repito : estamos lejos de los objetivos de Freud. Es porque su
nombre ha servido para cubrir muchas cosas que ha habido desviaciones, los
epígonos no han seguido siempre fielmente el modelo, eso ha creado la
confusión.
Después de su muerte en 1939,
algunos de sus alumnos pretendieron hacer el psicoanálisis de otra manera,
reduciendo su enseñanza a algunas pequeñas fórmulas banales : la técnica como
rito, la práctica reducida al tratamiento del comportamiento y, como objetivo,
la readaptación del individuo a su entorno social. Es decir, la negación de
Freud, un psicoanálisis acomodaticio, de salón.
Él mismo lo había previsto. Decía
que hay tres posiciones imposibles de sostener, tres tareas imposibles :
gobernar, educar y psicoanalizar. Hoy día poco importa quien tiene las
responsabilidades de gobernar y todo el mundo se pretende educador. En cuanto a
los psicoanalistas , ¡ ay !, por desgracia prosperan como los magos y los
curanderos. Proponer ayudar a las personas significa el éxito asegurado y la
clientela detrás de la puerta. El psicoanálisis es otra cosa.
Panorama: ¿Qué exactamente?
Lacan: Lo defino como un síntoma,
revelador del malestar de la civilización en la cual vivimos. No es ciertamente
una filosofía, yo aborrezco la filosofía, hace ya tiempo que ella no dice nada
interesante. No es tampoco una fe y tampoco me va llamarla ciencia. Digamos que
es una práctica que se ocupa de aquello que no anda, terriblemente difícil ya
que pretende introducir en la vida cotidiana al imposible y al imaginario.
Hasta ahora, ha obtenido ciertos resultados, pero no dispone aún de reglas y se
presta a toda suerte de equívocos.
No hay que olvidar que se trata
de algo totalmente nuevo, tanto sea en relación a la medicina, o a la
psicología o a las ciencias afines. Es asimismo muy joven. Freud murió apenas
hace 35 años. Su primer libro, “La interpretación de los sueños” fue publicado
en 1900 y con muy poco éxito. Creo que fueron vendidos unos 300 ejemplares en
aquellos años. Tenía pocos alumnos que pasaban por locos y ellos mismos no
estaban de acuerdo acerca de la manera de poner en práctica y de interpretar
aquello que habían adquirido.
Panorama: ¿Qué es lo que no anda
en el hombre hoy en día?
Lacan: Hay una gran fatiga de
vivir como resultado de la carrera hacia el progreso. Se espera del
psicoanálisis que descubra hasta dónde se puede llegar arrastrando esa fatiga,
ese malestar de la vida.
Panorama: ¿Qué es lo que empuja a
la gente a analizarse?
Lacan: El miedo. Cuando al hombre
le llegan las cosas, incluso las cosas que ha querido, que no comprende, tiene
miedo. Sufre de no comprender y poco a poco entra en un estado de pánico. Es la
neurosis. En la neurosis histérica el cuerpo deviene enfermo del miedo de estar
enfermo sin estarlo realmente. En la neurosis obsesiva el miedo pone cosas
bizarras en la cabeza … pensamientos que no se pueden controlar, fobias en las
cuales formas y objetos adquieren significaciones diversas y espantosas.
Panorama: ¿Por ejemplo?
Lacan: El neurótico llega a
sentirse empujado por una necesidad espantosa de tener que verificar docenas de
veces si la canilla está cerrada de verdad o si tal cosa está bien en su lugar,
sabiendo con certeza que la canilla está como debe estar y que la cosa está en
su lugar. No hay pastilla que cure eso. Tú debes descubrir por qué eso te llega
y saber lo que eso significa.
Panorama: ¿Y el tratamiento?
Lacan: El neurótico es un enfermo
que se trata con la palabra, sobre todo con la suya. Debe hablar, contar,
explicar él mismo. Freud lo define así: “asunción de la parte del sujeto de su
propia historia, en la medida en que ella está constituida por la palabra
dirigida a otro”. El psicoanalista no tiene mas remedio que ser el rey de la
palabra. Freud explicaba que el inconsciente no es tanto profundo sino más bien
que es inaccesible a la profundización consciente. Y decía también que en ese
inconsciente “ello habla”: un sujeto en el sujeto trascendiendo al sujeto. La
palabra es la gran fuerza del psicoanálisis.
Panorama: ¿Palabra de quien? ¿Del
enfermo o del analista?
Lacan: En el psicoanálisis, los
términos “enfermo, médico, medicina” no son exactos, no son utilizados. Incluso
las fórmulas pasivas que son utilizadas habitualmente no son justas. Se dice
“hacerse psicoanalizar”. Es falso. Aquel que hace el trabajo en análisis es
aquel que habla, el sujeto analizante mismo si el lo hace según el modelo
sugerido por el analista que le indica cómo proceder y lo ayuda con sus
intervenciones. Las interpretaciones que les son proporcionadas parecen dar
sentido en un primer abordaje a aquello que el analizante dice.
En realidad la interpretación es
más sutil, tiende a borrar el sentido de las cosas por las cuales el sujeto
sufre. El objetivo es el de mostrarle a través de su propio relato que su
síntoma, digamos la enfermedad, no está en relación con nada, que está
desanudada de todo sentido. Incluso, si en apariencia es real, él no existe.
Las vías por las cuales esta
acción de la palabra procede pide mucha práctica y una paciencia infinita. La
paciencia y la ponderación son los instrumentos del psicoanálisis. La técnica
consiste en saber ponderar la ayuda que se le da al analizante; es por esto que
el psicoanálisis es difícil.
Panorama: Cuando se habla de
Jacques Lacan, se asocia inevitablemente ese nombre a una fórmula: “el retorno
a Freud”. ¿Qué significa eso?
Lacan: Exactamente eso que es
dicho. El psicoanálisis es Freud. Si se quiere hacer psicoanálisis, hay que
referirse a Freud, en sus términos, en sus definiciones, leídas e interpretadas
en su sentido literal. He fundado en París una escuela freudiana justamente
para eso. Hace 20 años o más que vengo explicando mi punto de vista: el retorno
a Freud simplemente significa despejar el campo de las desviaciones y de los
equívocos, de las fenomenología existenciales por ejemplo tanto como del
formulismo institucional de las sociedades analíticas, retomando la lectura de
su enseñanza según los principios definidos y catalogados en su trabajo. Releer
Freud quiere decir solamente releer Freud. Aquel que no hace esto en
psicoanálisis, utiliza formas abusivas.
Panorama: Pero Freud es difícil.
Y Lacan ,dicen, lo torna incomprensible. Se le reprocha a Lacan hablar y sobre
todo escribir de tal manera que solamente aquellos iniciados pueden esperar
comprender.
Lacan: Lo sé, tengo la reputación
de ser un oscuro que esconde su pensamiento en nubes de humo. Yo me pregunto el
porqué. A propósito del análisis, respeto conjuntamente con Freud que sea “el
juego intersubjetivo a través del cual la verdad entre en el real”. ¿No está
claro? Pero el psicoanálisis no es una cosa simple.
Mis libros tienen reputación de
incomprensibles. ¿Pero por quién? No los he escrito para todos, para que sean
comprendidos por todos. Al contrario, no me he preocupado ni un instante de
complacer a algunos lectores. Tengo cosas para decir y las digo. Me es
suficiente tener un público que lee, y si no comprende, paciencia. En cuanto al
número de lectores, tengo mas chance que Freud. Mis libros son muy leídos;
estoy asombrado por eso.
Estoy convencido que dentro de 10
años como máximo, quien me lea me encontrará transparente como una buena jarra
de cerveza. Es posible que entonces se diga: ¡ ese Lacan, es banal!
Panorama: ¿Cuáles son las características
del lacanismo?
Lacan: Es un poco apresurado
decirlo ya que el lacanismo no existe aún. Se percibe apenas un olor, como un
presentimiento.
Sea lo que sea, Lacan es un señor
que practica el psicoanálisis hace 40 años y que estudia desde hace más tiempo.
Creo en el estructuralismo y en la ciencia del lenguaje. He escrito en uno de
mis libros que “ aquello a lo cual nos devuelve el descubrimiento de Freud es a
la importancia del orden en el cual hemos entrado, en el que somos, si se puede
decir, nacidos por segunda vez, saliendo del estado llamado justamente infans,
sin palabra”.
El orden simbólico sobre el cual
Freud ha fundado su descubrimiento está constituido por el lenguaje, como
momento del discurso concreto universal. Es el mundo de las palabras que creó
el mundo de las cosas, inicialmente confusas en el devenir del todo. Solamente
las palabras dan un sentido cabal a la esencia de las cosas. Sin las palabras,
nada existiría. ¿Cuál sería el placer sin el intermediario de la palabra?
Mi idea es que Freud al enunciar
en sus primera obras (“La interpretación de los sueños”, “Mas allá del
principio del placer”, “Tótem y tabú”) las leyes del inconsciente formuló, como
precursor de su tiempo, las teorías con las cuales algunos años mas tarde
Ferdinand de Saussure abrió el camino de la lingüística moderna.
Panorama: ¿Y el pensamiento puro?
Lacan: Sometido, como todo el
resto, a las leyes del lenguaje, solamente las palabras pueden introducir y
darle consistencia. Sin el lenguaje, la humanidad no daría un paso hacia el
frente en las investigaciones acerca del pensamiento. Del mismo modo para el
psicoanálisis. Sea cual sea la función que quisiéramos atribuirle, agente de
cura, de formación o de sondeo, no hay mas que un medium del que se sirve : la
palabra del paciente. Y cada palabra pide respuesta.
Panorama: ¿El análisis como
diálogo? Hay gente que lo interpretan sobretodo como un sucedáneo laico de la
confesión…
Lacan: ¿Pero qué confesión? Al
psicoanalista no se le confiesa nada. Se va a decirle simplemente todo lo que
se le pasa por la cabeza. Palabras precisamente. El descubrimiento del
psicoanálisis, es el del hombre como animal parlante. Es asunto del analista el
poner en serie las palabras que escucha y de darle un sentido, una
significación. Para realizar un buen análisis, hace falta un acuerdo, una
afinidad entre el analizante y el analista. A través de las palabras de uno, el
otro busca hacerse una idea de lo que se trata y a encontrar mas allá del
síntoma aparente, el difícil nudo de la verdad. Otra función del analista es la
de explicar el sentido de las palabras para hacer comprender al paciente acerca
de lo que puede esperar del análisis.
Panorama: Entonces es una
relación de una extrema confianza.
Lacan: Sobre todo un intercambio,
en el cual lo importante es que uno habla y el otro escucha. Aún en silencio.
El analista no plantea preguntas y no tiene ideas. Da solamente las respuestas
que hace falta dar a las preguntas que suscitan sus buenas ganas. Pero a fin de
cuentas , el analizante va siempre a donde el analista lo lleva.
Panorama: Eso es la cura. ¿Y
acerca de las posibilidades de curación? ¿Se sale de la neurosis?
Lacan: El psicoanálisis tiene
éxito cuando vacía el campo tanto del síntoma como del real, y así llega a la
verdad.
Panorama: ¿ Podría explicarme ese
concepto de una manera menos lacaniana?
Lacan: Yo llamo síntoma a todo
aquello que viene del real. Y el real es todo aquello que no anda, que no
funciona, eso que hace obstáculo a la vida del hombre y a la afirmación de su
personalidad. El real vuelve siempre al mismo lugar, se lo encuentra siempre
allí con las mismas manifestaciones. Los científicos disponen de una bella fórmula:
que no hay nada de imposible en el real. Hace falta ser un caradura para hacer
afirmaciones de ese género, o bien como yo lo sospecho, una ignorancia total
acerca de lo que se hace y de lo que se dice. El real y el imposible son
antitéticos; no pueden estar juntos. El análisis empuja al sujeto hacia el
imposible, le sugiere considerar el mundo como es verdaderamente, es decir
imaginario y sin ningún sentido. Mientras que el real, como un pájaro voraz ,
no hace otra cosa que nutrirse de cosas sensatas, de acciones que tienen un
sentido.
Se escucha siempre repetir que
hay que darle un sentido a esto o a aquello, a sus propios pensamientos, a sus
propias aspiraciones, a los deseos, al sexo, a la vida. Pero de la vida no
sabemos nada de nada, cómo se sofocan los científicos por explicar. Mi miedo es
que por culpa de ellos, el real, cosa monstruosa que no existe, termine tomando
la delantera. La ciencia está en tren de sustituir a la religión, con otro
tanto de despotismo, de oscuridad y de oscurantismo. Hay un dios átomo, un dios
espacio, etc. Si la ciencia o la religión lo logran, el psicoanálisis está
acabado.
Panorama:¿Qué relación guardan
entre sí hoy día la ciencia y el psicoanálisis?
Lacan: Para mí la única ciencia
verdadera, seria para seguir es la ciencia ficción. La otra, aquella que es
oficial, que tiene sus altares en los laboratorios, avanza a tientas y a locas
y comienza a tener miedo de su sombra. Pareciera que a los científicos también
les llegó el momento de angustia. En sus laboratorios asépticos revestidos de
sus guardapolvos almidonados, esos viejos niños que juegan con cosas
desconocidas, manipulando aparatos siempre más complicados e inventando
fórmulas siempre más oscuras, comienzan a preguntarse qué es lo que podrá
sobrevenir mañana y qué terminarán aportando sus investigaciones siempre
novedosas. En fin, digo. ¿Y si es demasiado tarde? Se llamen biólogos, físicos,
químicos, para mí están locos.
Solamente por el momento,
mientras están en vías de destruir el universo, les viene al espíritu
preguntarse si por azar eso que hacen no sería peligroso. ¿Y si todo saltara? ¿
Y si las bacterias tan amorosamente elevadas en los blancos laboratorios se
trasmutasen en enemigos mortales? ¿Y si el mundo fuera barrido por una horda de
esas bacterias con todo lo merdoso que lo habita, comenzando por los
científicos de los laboratorios? Hay tres posiciones imposibles dichas por
Freud: gobernar, educar y psicoanalizar. Agregaría una cuarta: la ciencia. Tan
cerca como las demás, los científicos no saben que están en una posición
insostenible.
Panorama: Es una definición
bastante pesimista de aquello que comúnmente se llama progreso.
Lacan: Para nada, no soy para
nada pesimista. No llegará a nada, por la simple razón de que el hombre es un
bueno para nada, incapaz de destruirse a sí mismo. Una calamidad total
promovida por el hombre, eso lo encontraría personalmente maravilloso. Sería la
prueba de que finalmente ha logrado fabricar alguna cosa con sus manos, con su
cabeza, sin intervención divina , natural o de otra especie.
Todas esas bellas bacterias bien
nutridas que se pasean por el mundo, como las langostas bíblicas, significarían
el triunfo del hombre. Pero eso no llegará jamás. La ciencia tiene su buena
crisis de responsabilidad. Todo reentrará en el orden de las cosas, como se
dice. Lo he dicho, el real tendrá la superioridad como siempre y nosotros
estaremos jodidos como siempre.
Panorama: Otra de las paradojas
de Jacques Lacan. Nos lanza no solamente la dificultad del lenguaje y la
obscuridad de los conceptos, los juegos de palabras, los divertimentos
lingüísticos, los acertijos a la francesa y precisamente las paradojas. Aquel
que lo escucha o lo lee debe de sentirse desorientado.
Lacan: No agrado del todo, digo
las cosas muy seriamente. Salvo que utilice las palabras como lo los
científicos, de los que hablamos antes, utilizan sus alambiques y sus gadgets
electrónicos. Busco siempre referirme a la experiencia del psicoanálisis.
Panorama: Usted dijo: el real no
existe. Pero el hombre medio sabe que el real es el mundo, todo aquello que lo
rodea, lo que se ve ante el ojo desnudo, se toca, es …
Lacan: De entrada rechacemos a
este hombre medio que , él, para comenzar no existe, es solamente una ficción
estadística, existen los individuos y eso es todo. Cuando escucho hablar del
hombre de la calle, de los sondeos, de los fenómenos de masa o de cosas
parecidas, pienso en todos los pacientes que he visto pasar sobre el diván de
mi consultorio en cuarenta años de escucha. No hay uno solo que sea parecido a
otro, ninguno con la misma fobia, la misma angustia, la misma manera de
relatar, el mismo miedo de no entender. El hombre medio, ¿quien es ? ¿Yo,
usted, nosotros, mi conserje, el presidente de la república ?
Panorama: Hablamos del real, del
mundo que todos vemos …
Lacan: Precisamente. La
diferencia entre el real, a saber, eso que no va y el simbólico y el
imaginario, a saber, la verdad, es que el real es el mundo. Para constatar que
el mundo no existe, que no es, hace falta pensar en todas las cosas banales que
una infinidad de gente estúpida creen que es el mundo. E invito a los amigos de
Panorama, antes de acusarme de paradoja, a reflexionar acerca de lo que acaban
de leer.
Panorama: Siempre más pesimista
se diría…
Lacan: No es cierto. No me coloco
entre los alarmistas ni entre los angustiados. Estupendo si un psicoanalista no
ha dejado atrás su estado de la angustia. Es cierto, hay alrededor de nosotros
cosas horripilantes y devorantes, como es la televisión, por la cual la mayoría
de nosotros se encuentra regularmente fagocitado. Pero es únicamente porque las
personas se dejan fagocitar que llega a inventarse un interés para aquellos que
los ven. Luego hay otros gadgets monstruosos tan devorantes, los cohetes en la
luna, las investigaciones en el fondo del mar, etc, cosas que devoran, pero no
hay de qué hacer un drama. Estoy seguro que cuando hayamos tenido los cohetes,
la televisión y todas las otras malditas investigaciones para la vida,
encontraremos otras cosas para ocuparnos. Hay una reviviscencia de la religión
¿no? ¿Y que mejor monstruo devorante que la religión, una feria continua con la
cual entretenerse durante siglos como ya ha sido demostrado?
Mi respuesta a todo ello es que
el hombre siempre supo adaptarse al mal. El solo real concebible al que tenemos
acceso es precisamente este y hay que darse una razón. Dar un sentido a las
cosas como se dice. De otro modo el hombre no tendría angustia. Freud no habría
devenido célebre y yo no sería profesor del colegio.
Panorama: Las angustias , ¿son
todas ellas siempre de ese tipo o bien hay angustias ligadas a ciertas
condiciones sociales, a ciertas etapas históricas, a ciertas latitudes?
Lacan: La angustia del científico
que tiene miedo de sus propios descubrimientos puede parecer reciente, pero
¿qué sabemos nosotros de aquello que les llegó en otras épocas, de los dramas
de otros investigadores? La angustia del obrero remachado a la cadena de
montaje como al remo de una galera, esa es la angustia de hoy día. ¿ O mas
simplemente está ligada a las definiciones y a las palabras de hoy?
Panorama: Pero ¿qué es la
angustia para el psicoanálisis?
Lacan: Algo que se sitúa en el
exterior de nuestro cuerpo, un miedo, un miedo de nada mas que del cuerpo –
comprometido el espíritu -pueda motivar. En suma, el miedo del miedo. Mucho de
esos miedos, mucha de esas angustias, al nivel donde lo percibimos, tienen
alguna cosa que ver con el sexo.
Freud decía que la sexualidad
para el animal parlante que se llama el hombre, no tiene ni remedio ni
esperanza. Uno de los deberes del analista es el de encontrar en las palabras
del paciente el nudo entre la angustia y el sexo, ese gran desconocido.
Panorama: Ahora que se coloca al
sexo en todas las salsas, sexo en el cine, en el teatro, en la televisión, en
los diarios, en las canciones, en la playa, se oye decir que la gente está
menos angustiada concerniente a los problemas ligados a la esfera sexual. Los
tabúes han caído, se dice, el sexo ya no da miedo …
Lacan: La sexomanía galopante es
solamente un fenómeno publicitario. El psicoanálisis es una cosa seria que
comporta , y lo repito, una relación estrictamente personal entre dos
individuos: el sujeto y el analista. No existe psicoanálisis colectivo, como no
existe angustias o neurosis de masas.
Que el sexo sea puesto a la orden
del día y expuesto en todos los rincones de las calles, tratado de la misma
manera que no importa cual detergente en los carruseles televisivos, no
constituye absolutamente promesa alguna de beneficio. No digo que esté mal.
Ciertamente, eso no sirve para asistir a las angustias y a los problemas
singulares. Eso forma parte del mundo, de esa falsa liberación que nos es
proporcionada como un bien acordado desde lo alto por la susodicha sociedad
permisiva. Pero eso no sirve al nivel del psicoanálisis
Un Lacan apasionado, claro, coherente, el de los mejores años de la enseñanza. Un Lacan estandarte de la verdad de una práctica, de un saber. Un Lacan en parte angustiado por una época, pero que nos invita a hacer algo con esa angustia. Un Lacan que nos pide no aislarnos en una práctica tan problemática, a abrir espacios, a ser políticamente incorrectos...
ResponderEliminarEstimado Beto: gracias por tus comentarios, acuerdo contigo Lacan insiste en desplegar los límites del psicoanálisis, en particular, quizás eso resuena hoy mças que ayer y además no estámos ni en la Viena de Freud, ni París ya no es el de Lacan.
ResponderEliminarUn método peligroso es loq eu el psicoanálisis tiene para ahcer frente a las astucias de la razón, entre otras, a las astucias de las instituciones psicoananlíticas no solo de la IPA sino las lacanianas.
Seguimos haciendo cosas para ensanchar ese horizonte del método peligroso pues sin riesgo no hay vida vivible.
Un saludo