Guy Le Gaufey Arqueología de la omnipotencia ¿De dónde viene Ⱥ?

 

Interlocución: 
Arqueología de la omnipotencia ¿De dónde viene Ⱥ? de Guy Le Gaufey (2014/2018)Alberto Sladogna*,
Un texto actual, muy actual

Corresponde poner sobre la mesa el método de este comentario: Antoigne Compagnon, en La segunda mano o el trabajo de la citación (1979), señala que no es igual citar un texto de matemáticas, un teorema que citar textos de literatura, de filosofía, de Freud, de Lacan, de Agamben. Los segundos  despliegan una operación subjetiva que pasa o suele pasar desapercibida: quien cita parte y reparte y se queda con la mejor parte. Ese método afecta el todo, la perfección también, la omnipotencia ya queda afectada. Esa operación muestra tensiones, ofrece a la luz la heterogeneidad del texto citado o citado en un comentario. Ese es el método elegido para presentar Una Arqueología de la Omnipotencia ¿De dónde viene Ⱥ?   


 Y en este vasto continente humano, la infinita variedad de las razas no destruye la unidad misteriosa del conjunto, del mismo modo que la diversidad de las olas no rompe la insistencia del mar" M. Yourcenar

Guy Le Gaufey practica natación, en las aguas de los pequeños mares lacanianos, también en la piscina de la elp: toma un  andarivel, hace lo propio, al nadar comparte las aguas, hace su curso compartido, así se sostiene la singularidad/ las singularidades de sus investigaciones. Lo cito:

“En lo que sigue, se propone un método a la luz del cual el libro vale como ejercicio”. Y añade “Él método, escribe Pascal Guignard, es el camino después de que se lo ha recorrido

Ese ejercicio lo lleva a dar cuenta de una insólita afirmación,  de que una totalidad simbólica, “el Otro con mayúscula”, está  afectado de una falla. Ese falla se escribe ( Ⱥ),  esa barra  tacha o fragmenta la letra A, una fragmentación  que hace “latir al unísono fragmentos de saberes irreductibles unos a otros, por poco que pueda concebirse entre ellos una comunidad de funcionamientos apta para integrar el descubrimiento freudiano aún más en el tejido racional que de paso, debiera sacudirlo” Un acierto: hacer más racional el descubrimiento freudiano sacude su tejido racional…precio de ese latido de diversos saberes.

Es una manera de decir “chau” a una idea freudiana a propósito de la omnipotencia de las ideas que  “el hombre de las ratas” pasó a Freud y una concepción de la omnipotencia que también pertenece a la psiquiatría, omnipotencia de las ideas del lado de la neurosis obsesiva, pero también de cierto tipo de delirio. El autor propone arriesgarnos en otra perspectiva a propósito de la omnipotencia, apreciar de otra manera el tejido múltiple de la misma; no concebirlo tan directamente como una fantasía y listo. Citando a Lacan hace lo propio:

Ahora bien, la potencia, quiero decir, lo que decimos cuando hablamos de potencia, hablamos de ello de una manera vacilante. A la potencia nadie le pide estar en todas partes. Se le pide estar donde está presente, y es precisamente porque donde es esperada ella desfallece que empezamos “a fomentar la omnipotencia”.

Dios puede ante la ciudad Roma, Italia, en el presente y el porvenir, hacer que deje de existir; puede efectivamente ser destruida, pero ¿Cómo pudiera conseguir que no haya sido  fundada antaño? Esto escapa a cualquier pensamiento, menos a cierto estilo de omnipotencia.

La apuesta es nadar entre dos formulaciones de la omnipotencia…de Dios: Hay en Dios una doble potencia: absoluta y condicionada. La absoluta es la potencia considerada en si misma: Él puede hacer cualquier cosa, condenar a Pedro y salvar a Judas. La potencia condicionada introduce la ley con que Dios ha revestido las cosas por su bondad, si esta condición subsiste, Dios no puede hacer lo contrario, condenar a Pedro, salvar a Judas, pues la verdad, la justicia de Dios exige que Pedro tenga la vida eterna y Judas, el castigo eterno (formulaciones de Damiano, retomados por un dominico del siglo XIII, citados por G. Le Gaufey). Se notara que estas imágenes son homologas a las que se encuentran o despliegan en algunas sesiones de análisis “si mi padre hubiese hecho tal cosa…”

Le Gaufey tomo apoyo en Robin G. Collingwood: “Cualquiera que desee saber si una proposición determinada es verdadera o falsa, significativa o sin sentido, debe averiguar qué pregunta intentaba contestar” Un saber que se construye gracias a una pregunta respecto de tal o cual saber, en este caso el saber de las formulaciones de Freud o de Lacan. Ese método aporta un Fiat Lux, lo que ya es un paso, también aporta un “Fiat trou” (Lacan, Journées des cartels de l’École freudienne de Paris. Maison de la Chimie, Paris, Lettre de l’École freudienne, 1976, n° 18, pp. 263-270).

La arqueología de la omnipotencia navega en las aguas de cada experiencia de análisis, se trata entonces de una posición subjetiva. En efecto, acompañar el movimiento de la llamada “asociación libre” descarta abordar los textos de Freud y de Lacan desde la posición de un observador imparcial; ese observador está excluido para que funcione la experiencia analítica y la lectura. No hay lectura objetiva sin la presencia de la subjetividad.

La verdad de la aserción «dos más dos son cuatro» es independiente del sujeto que la pronuncia, “mientras que en una veridicción el sujeto se constituye y se pone en juego en el acto mismo de proferirla

La pregunta se  realiza al lanzarse a nadar, meter el cuerpo y la carne en la piscina ¿Cómo es que tengo una pregunta respecto del Otro si él fuese absoluto? Además ¿Qué nos enseña ese saber absoluto atribuido al Otro? ¿Por qué no tiene buena prensa la omnipotencia en el psicoanálisis? Conviene subrayar que el francés “Tout-puissance” no pasa su potencia al castellano de omnipotencia, en el pasaje se gana un agujero, un “tout”.

Un tema real “la palabra omnipotencia” designa esa región que sobrepasaría el orden de las razones, introduce una voluntad a la que nada determinaría,  nada la limitaría salvo ella misma…” En la actualidad que nos cubre, incluida en tal o cual sesión resuena con insistencia la presencia de un poder o sistema o personaje político dotado de una gran omnipotencia sin límites, una especie de absoluto encarnado. Esto quizás le da un matiz particular, singular al doble cuerpo del rey, del político, en los regímenes de gobierno de América Latina, donde esa separación no suele ser tan nítida, es más bien anudada de forma singular (CFR.: Ernst Kantorowicz, Los dos cuerpos del rey. Un estudio de la teología política medieval, Akal, 2000).

Hoy se lee, se escucha, se insiste en que algún personaje puede “hacer lo que quiere” ¿Sera viable hacer algo sin quererlo? Corresponde  subrayar que allí se expresa cierta envidia de que él, o su sistema   hace lo que se quiere y cómo se quiere. “Él lo hace yo no puedo” salvo envidiar eso que digo criticar. La omnipotencia encuentra como posible respuesta la construcción de un personaje que se fundiría con ella, personaje poseedor además el monopolio de la misma. Estamos frente a una omnipotencia con un omnipotente. Guy Le Gaufey muestra que se trata más bien de Una omnipotencia sin omnipotente –lamento que un error de dedo o descuido o una falla o vaya saber qué, provocó que  la edición castellana muestre que  no son todo potencia de corrección: el título del tercer capítulo fue escrito en francés como “Una omnipotencia sin omnipotente”, mientras que en la edición castellana se lo presenta como “Una omnipotencia sin omnipotencia     

Guy Le Gaufey sustrae la omnipotencia de la trivialidad de la psicopatología neurótica o de una violenta  convicción delirante ¿Cómo abordar una manifestación delirante si se incluye la participación allí de un capricho? Se trata de abordar una nueva forma del ateísmo resultado o efecto de un análisis. Cito:

 Ateo sería aquel que habría conseguido eliminar la fantasía del Todopoderoso

¿Cuáles son los efectos de ese ateísmo en el colectivo que no es nada sino el sujeto (y tema) de lo individual? (Lacan, 1966)

Guy Le Gaufey da su lugar a una forma de ascesis- Conjunto de prácticas y hábitos que sigue el asceta para conseguir la perfección moral y espiritual.- Le Gaufey utiliza ese término empleado por Lacan, lo hace en reiteradas ocasiones, en una de ellas Lacan formula una operación donde la ascesis analítica conduciría a un:

“…ateísmo, concebido como negación de esa dimensión de una presencia, en el fondo del mundo de la omnipotencia”.

No es poco cosa, se indica que la omnipotencia hace mundo ¿Quién puede estar al margen de ella? ¿Será necesario quedar al margen de  ella? En 1979 Lacan dice en su seminario oral: “En otros términos, cualquiera puede ocupar una función cualquiera” (20/11/1979)

Es adelntada una cuestión “en el fondo de la omnipotencia no se encontrará ninguna presencia”, se vislumbra que la omnipotencia tiene un agujero constitutivo: carece de una presencia. Aquí se despliega una forma de la omnipotencia singular que cambia aquello que decíamos o sabíamos de ella: Una omnipotencia sin la sombra de un sujeto para moverla, una omnipotencia sin “Todopoderoso”.

Le Gaufey avanza una cuestión que está en el horizonte de cada análisis: El otro no existe sino todo lo contrario: No hay Otro y al mismo tiempo hay Otro, aparece una forma de omnipotencia: asistimos a una “in-existencia” (termino de Brentano). Ese término, quizás se acerque a una extraña formulación efectuada por Guattari y Deleuze: no se trata de hacer frente a la muerte de Dios sino a una mutación, a un cambio de la forma de Dios: “Dios somos nosotros” (F. Guattari, artefactos, una revista la elp,”, Alberto Sladogna, “LȺ teoría una ingerencia divina”).

Así entonces la omnipotencia tal como la despliega Guy Le Gaufey constituye una forma de racionalidad, inclusive él no duda en calificarla de “antídoto”

La omnipotencia, su estudio, su despliegue, una vez que se abandonan los decires de la mala prensa arriba a un principio formulado por Le Gaufey – cita a Quentin Meillaseux, Después de la finitud: Ensayo sobre la necesidad de la contingencia, Editorial Caja Negra, Buenos Aires-  y al   citarla  la hace suya:

Nada tiene razón de ser y permanecer tal como es, todo debe sin razón poder no ser y permanecer tal como es y/o poder ser otro del que es

Se trata de emancipar la razón del principio de razón mismo, de llegar a comprender cómo funciona cuando el principio que se supone que la regula se encuentra excedido para pensar, de alguna manera, su “estado de excepción”. Ese estado de excepción no contiene en su fondo ni en su superficie un personaje que maneje de forma “caprichosa” los hilos, no hay un sujeto que mueva una omnipotencia Todopoderosa, hay al mismo tiempo una omnipotencia sin omnipotente.

Concluyo: Guy Le Gaufey cita el término de “capricho”, incluye allí el capricho materno. En la lengua coloquial ocurre  algo interesante: En el arte de la tauromaquia es una figura de estilo, también es una forma de indicar que alguien procedió  a pintar de una forma nueva. Delirar, tocar la lira de otra forma, abrir surcos sin respetar la omnipotencia de un orden pre- establecido. Deseo impulsivo y vehemente de algo que se considera prescindible o arbitrario. “Tenía el capricho de comerse un plato de sesos; se compró un nuevo televisor por simple capricho".

Determinación que una persona siguiendo ese deseo:"no soporto los continuos caprichos del jefe; el famoso cantante prefirió alojarse a 50 km de la capital, y este pequeño capricho fue la razón por la que se adelantó la hora de comienzo del concierto; (fig.) los caprichos atmosféricos han causado más de una catástrofe en la zona; (fig.) sintió sobre su poderío el capricho rebelde del azar

Además en la tauromaquia encontramos  las Treinta y tres estampas de esta serie, Tauromaquia de Goya, puestas a la venta en octubre de 1816, anunciadas a través de las páginas del Diario de Madrid.

El tema de los toros, por su aparente inmediatez y por la remisión a una realidad objetivable, enraizada popularmente y no exenta de connotaciones costumbristas, podría llevar a considerar la Tauromaquia de Goya como un conjunto de estampas carentes de la profundidad conceptual del resto de su producción gráfica: Caprichos, Desastres de la guerra y Disparates ¿Una pintura que mostraba aspectos caprichosos de la vida que rodeaba al artista?

Son conocidas trece ediciones oficiales; 1799, cinco en el siglo XIX, y siete en el siglo XX. Siendo la última en 1970 realizada por la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando. Los Caprichos han influido en varias generaciones de artistas pertenecientes a movimientos tan dispares como el Romanticismo francés, el Impresionismo, el Expresionismo alemán o el Surrealismo.

El orden es pues, en los toros, también el cumplimiento  de un capricho de lidiar con el toro, la buena elección de lo que no admite corregirse.

En la poesía que suele impactar nuestra carne: el movimiento caprichoso de las palabras dejando una pregunta: ¿Qué es de hecho una poesía sino una operación en el lenguaje que desactiva sus funciones informativas para volver posible ese particular y más feliz uso de la lengua que llamamos justamente un capricho poético?

* Texto escrito de la presentación oral de la actividad convocada por Escuela Freudiana de la Argentina, 1/11/2018. Dada la visita a Buenos Aires de Guy Le Gaufey, Osvaldo Arribas (efp) propuso la realización de una interlocución, así como el tema a tratar con Guy Le Gaufey. Agradezco a Clelia Conde, directora de la efp, la invitación a formar parte de la mesa titulada “Interlocución con Guy Le Gaufey. Sobre su libro: Arqueología de la omnipotencia ¿De dónde viene Ⱥ?junto con Anabel Salafia.
Fue una experiencia interesante debida que el texto es objeto de lectura en el seno de esa institución. Cabe destacar que Guy Le Gaufey indicó que era la primera vez –en Argentina y en Francia- que ese texto provocó una interlocución con tantos interrogantes de parte de la nutrida concurrencia.   

1 comentario:

  1. Tengo muchas dudas sobre la omnipotencia de Dios. Soy bastante maniqueo en esto. Pienso que hay una lucha entre el Bien y el Mal.

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