J. Attal, El pase...La tercera proposición... de J. Lacan
KOJÈVE, La tesis y la antitesis (Fragmento cuyo pasaje de lengua se debe a Eduardo Bernasconi)
[Estas líneas son parte de las mutaciones que José Attal en El pase...La tercera proposición de octubre de Jacques Lacan -Me cayó el veinte, México, DF, 2012- construye al localizar de manera documentada la existencia de una Tercera proposición de octubre de Jacques Lacan respecto a la red subjetiva que tiene como título:analista...analista de una escuela.
Kojeve, citado por José Attal, despliega un ensayo sobre un método -la sincronía de una tesis con su antitesis-, allí muestra una red que permitirá a los lectores localizar el horizonte de las maniobras, idas y vueltas de Jacques Lacan en el curso de su enseñanza. Se logrará ver, entre otros, los efectos sobre esa "enseñanza" del llamado "retorno a Freud" que Lacan mismo promocionó. Esos efectos ¿permiten ,hoy, leer y escuchar esa lectura? Muchas veces Lacan recibía, en sus seminarios y conferencias una respuesta "¡No se escucha nada!...Alberto Sladogna]
KOJÈVE, La tesis y la antitesis
Yo no voy
ni a resumir, ni explicar largamente los desarrollos de Kojève, magistral y
riguroso, pero solo daré cuenta de ellos a través de algunas inevitables citas.
La hipótesis
es la intensión de hablar para decir cualquier cosa, que tenga sin embargo un
sentido, nos basta actuar conforme a esa
intensión al decir cualquier cosa para plantear efectivamente el discurso en
tanto que discurso cualquiera. Ya que si nosotros lo hacemos, el discurso así
planteado no su-pondrá para nosotros nada más ni menos que la hipótesis que
había sido precisamente la intención de plantear el discurso en cuestión.
Dicho de
otro modo, este discurso puede ser ubicado sin haber sido precedido de otro discurso
efectivo, bien que solo pueda plantearse en el presente que su-poniendo en el
pasado, la intención consiente y deliberado de hacerlo.
También uno
puede decir que el primer discurso efectivamente emitido se ubica en el
presente como suponiendo en el pasado un discurso “virtual” (del cual actualiza la potencia) que le pre-supone como debiendo ser planteado
en acto en el devenir. Podemos decir que el primer discurso (efectivo) que se
plantea (en el presente), sin su- poner un discurso cualquiera emitido en el
pasado (que lo pre-supondría) y sin pre-suponer otro discurso que seria emitido
en el devenir; podríamos decir que ese
primer discurso es una pura y simple posición
(tesis) o que ese primer discurso es una tesis.[i]
Tesis;
Antítesis
Desde que
planteamos una tesis, un discurso tésico
(relativo a una tesis) a fin de decir algo, constatamos que comprendiendo su
sentido cualquiera que sea, comprendemos a la vez el sentido de un discurso
virtual que es su contrario, su negación.
Otra manera de decirlo, si el discurso tésico ubicado
en primer lugar tiene efectivamente un sentido cualquiera “S”, “no S” es igualmente un sentido discursivo que puede por consecuencia
ser aquel de un discurso efectivo propiamente
dicho teniendo un sentido contrario al que tiene el discurso tésico.
Podemos decir que el discurso positivo,
planteado en tanto que tesis, pre-suponía
de hecho en el momento mismo de su
ubicación, el discurso negativo que podríamos
llamar “Tesis contraria”, no pudiendo
actualizarse sino después de la primer tesis actualizada.
Entonces en
el momento de la “segunda tesis”, contraria,
el presente de la tesis primera deviene su pasado, pero al mismo tiempo, su devenir será presente en el acto de la segunda tesis o contraria.
Diciendo
esto ahora, también podemos decir, pero solo ahora, que actualizando en
el presente la negación discursiva de la Tesis, es decir la tesis contraria,
podemos entonces decir que la “Tesis
segunda, “contraria”, actualiza en un presente que estaba aun por llegar, la
primera tesis , cuando la primera tesis era el solo discurso en tanto que
actualizado.
En otros términos:
si podemos emitir una tesis (por definición
positiva), sin hablar de la tesis
contraria que es su negación, es rigurosamente imposible de negar discursivamente
una tesis sin hablar de ella
explícitamente. La tesis contraria, segunda, que se o-pone a una posición discursiva es entonces
una o-posición o contra- posición o sea
en griego una anti-tesis.
Dado que la
tesis se actualiza antes que la antítesis, esta su-pone la tesis en tanto que
ya actualizada o planteada.
La
anti-tesis no puede entonces actualizarse (en el presente) más que actualizando
también la tesis.
Dicho de
otra forma, la antítesis descansa en la
tesis. También la tesis “primera” o “aislada” que es solamente planteada, pero no aun re-planteada,
es su-puesta por la Antí- tesis en tanto que pasada.
Pero la misma tesis en tanto que re-puesta en
y por la anti-tesis es su-puesta por esta como presente, es decir como actual
en el presente de la anti-tesis ella misma.
En otros términos,
si la otra tesis no se puede ubicar mas que oponiéndola a la tesis , ella
actualiza ubicándose en el presente, no solamente ella misma, sino la tesis que
ella replantea o-poniéndose.
Así la
presencia de la “tesis”, puede ser “aislada”, o “solitaria”, aquella de la
de anti-tesis es necesariamente, es decir en todos lados y siempre, una co-presencia con la tesis (a la que se opone en el replanteo).
Podríamos pensar que desde el momento
que hay una anti-tesis, hay entonces
ahí, no un solo discurso, sino dos: la
anti-tesis ella misma y la tesis que ella replantea. Pero de hecho no hay ahí
mas que uno, ya que como la tesis, la anti-tesis debe ella también ser conforme
a la hipótesis, es decir en resultar discursivamente, es decir por
deducción o por inferencia.
En resumen,
si la tesis dice “A”, la anti-tesis dirá “no-A”, lo que obligara a actualizar
A.
La
anti-tesis diciendo “no-A” tratará ahora también lo más completamente de A.
No podemos más
que saludar acá el gesto de Lacan y de sus dos proposiciones antitéticas: “Sí, yo quiero poner no-analistas al control
de lo que resulta del acto analítico” decía en su discurso en la EFP, ante el voto de la
segunda proposición. No- analista no significa decir “no(es) analista”, pero,
lo veremos, “no analista en esperanza”…
[i] 25 Alexandre Kojéve, ensayo de una historia
razonada de la filosofía pagana. París
Tel. Gallimard, 1968.
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