Jean Allouch "ser lacaniano"
Jean Allouch. "Ser
lacaniano"
Gabriel Meraz-Arriola: Traduzco un breve texto de Jean
Allouch, escrito en respuesta a una solicitud expresa en septiembre de 2010. En
él, el autor de Letra por letra da su versión de lo que es "ser
lacaniano". ***
(Texto que fue subido en el año 21012 en : https://bibliotecadelpsicoanalista.blogspot.com/2012/08/***)
Jean Allouch
¿Qué es, para usted, ser
lacaniano hoy?, me pregunta. Pero no, ¡no lo soy! "Lacaniano" no es
para nada una característica de mi ser. Ser que, por otra parte, no tolera
ninguna determinación de este orden. Tampoco elegí a Jacques Lacan como alguien
de quien yo esperara obtener una ética, que me dijera cómo vivir, desear, amar,
morir. A pesar de algunos esfuerzos que él pudo hacer en ese sentido, no hice
de él mi maestro espiritual. Mi analista, sí.
Por lo tanto hubo, hay más...
Porque sí, estoy activo en el seno de una escuela lacaniana (170 miembros a
este día), la primera en quererse tal y la única, todavía hoy, en saber y decir
por qué. Una escuela (no un grupo, una asociación, un círculo, etc.) no tiene
proyecto, política, si no es a partir del reconocimiento de que cierto saber (y
sus consecuencias sobre el ejercicio analítico) no recibió el asentimiento de
la comunidad a la cual, en primer lugar, estaba destinado. Nos ocupamos
entonces de eso, de que ese saber conquiste la aceptación de los espíritus, incluso
que oriente las prácticas. Puede resumirse en tres términos: real, simbólico,
imaginario. Revisitar el conjunto de los problemas analíticos a partir de esta
ternaridad, de eso precisamente se ocupó Lacan. Era desplazar a Freud, donde
domina el conflicto un pensamiento "en dos", no "en tres".
Era también poner en acto el hecho de que Freud y Lacan no se mezclan más que
el agua y el aceite.
Una segunda apuesta prescribe la
escuela: la llamada "didáctica". Desde que uno admite que el
psicoanalista es una tumba, que no sabría en modo alguno hablar de un análisis
a quien fuere salvo interviniendo salvajemente en la transferencia (eso,
incluso si dicho análisis está pretendidamente terminado y bajo el pretexto
falaz de una sabia comunicación, médica, de hecho, cuando eso no está a la
mano), sólo puede ocurrir al analizante levantar acta de su análisis en tanto
didáctico. Entonces acoger y, llegado el caso, confirmar ese testimonio sólo es
posible en el seno de una escuela. Decirle por qué y cuáles condiciones se
requieren, eso no se puede en unas cuantas palabras.
Ser lacaniano hoy es no descuidar
o no maltratar el pasaje de analizante a analista; es instaurar una relación
crítica con la enseñanza de Jacques Lacan tal que ninguno de sus planteamientos
sea recibido como si fuera de suyo porque viene de él; es, en fin, así lo
manifiestan las dos primeras características, no ser lacaniano sino hallar un
punto de exterioridad respecto al camino abierto por Lacan, tal que ese camino
sea recibido como el menos impropio para acoger eso que aún no puede sino
llamarse locura.
Traducción: Gabriel Meraz-Arriola
Texto en francés: http://www.jeanallouch.com/document/218/2010-etre-lacanien.html
Comentario de Alberto Sladogna 14 de agosto del 2012:
Estimado Gabriel: En el texto de
Jean Allouch en castellano y en el texto francés aparece un verbo
"prescribir" conjugado como "prescribe", inició del
3er.párrafo.
Se trata de un incorporal, unos
de esos elementos con los que Lacan desplegaba y desplazaba su ternario
(real-simbólico-imaginario).
Si se escribió
"prescribe" eso prescribe en acto, prescribe tal o cual cosa, no se
sabe qué prescribe.
Prescibe ¿"el no ser
lacaniano? Prescribe ¿el "ser lacaniano"? Prescribe que una escuela,
la elp, prescribe ¿"la didáctica"? ¿...?
Solo tomo ese incorporal al pie
de la letra: apareció el verbo prescribir y su conjugación
"prescribe".
Un saludo cordial
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