J Coupat -Burnel: Nos cansamos de comprender porque todo va mal.
No tenemos ninguna razón de sufrir un ritual que se convirtió en algo tan
evidentemente nocivo. Nos cansamos de comprender porque todo va mal
« No tenemos ninguna razón de sufrir un ritual que se convirtió en
algo tan evidentemente nocivo. Nos cansamos de comprender porque todo va
mal.”
Esta entrevista fue publicada en el sitio de Le Monde el miércoles 19
de abril, es decir algunos días antes de la primera ronda de las elecciones
presidenciales francesas.
¿Cuál es su opinión sobre la campaña presidencial ?
Cual campaña ? No hubo campaña. Hubo una telenovela, bastante
anhelante, llena de vuelcos, de escándalos, de tensión dramática, de suspenso.
Mucho ruido, un poco de furor, pero nada que pueda perforar el muro de la
perplejidad general.
No es que falten alrededor de cada candidato seguidores distintamente
fanatizados dando vueltas en su burbuja
virtual. Pero este fanatismo mismo, solo le da mas peso al sentimiento de
irrealidad política. Un grafiti dejado por la plaza de la Nation parisina
después de la manifestación del 1ero de mayo del 2016 decía : « No
habrá (elección) presidencial ». Basta con proyectarse por la mañana de la
segunda vuelta para entender lo que este grafiti contenía de profético :
cual será el nuevo presidente, será igual de
fantoche como el actual, su legitimidad a gobernar será igual de
ausente, será igual de minoritario e impotente. Y no solo es por el extremo
desgaste de la política, es ya imposible creer honestamente a lo que se hace y
dice allí , los medios de la política son ridículos dado la profundidad de
la catástrofe en curso. ?Que pueden hacer la política y su universo proclamador
cuando se derrumban concomitantemente los ecosistemas y las subjectividades, la
sociedad salarial y el orden geopolítico mundial, el sentido de la vida y el de
las palabras ? Nada. Solo refuerza el desastre. No hay
« solución » al desastre que vivimos. Pensar en términos de problemas
y soluciones forma precisamente parte de este desastre : es únicamente una
manera de preservarnos de todo cuestionamiento serio. No obstante, lo que el
estado del mundo pone en tela de juicio no es solamente un sistema político o
una organización social sino una civilización. Es decir nosotros mismos,
nuestras maneras de vivir, de ser, de vincularnos y de pensar. Los payasos que
suben a los estrados para alabar las « soluciones » que intentan
poner en marcha una vez electos, solo le hablan a nuestra necesidad de ilusión.
A nuestra necesidad de creer que existiría una especie de cambio decisivo que
podría salvarnos principalmente de tener que combatir. Todas las
« revoluciones » que prometen, solo están aquí para permitirnos no
cambiar nada de lo que somos, no tomar ningún riesgo ni físico ni existencial.
Solo son candidatos de la profundización de la catástrofe. Desde este punto de
vista, parece que para algunos, la necesidad de ilusión es imposible de saciar.
Dice esto, pero jamas en una elección presidencial hubieron tantos
candidatos que han prometido un cambio radical. ¿Cómo puede considerar como nada
el entusiasmo levantado estas ultimas semanas por la candidatura de Jean Luc
Mélanchon ?
Jean-Luc Mélenchon no es nada, pues lo fue todo, hasta lambertiste (pie
de pagina :la corriente llamada lambertista es una corriente trotskista
impulsada por Pierre Boussel alias Pierre Lambert representada por la Quatrième
Internationale Lambertiste y presente en varios países del mundo). No es mas
que la superficie de proyección de una cierta impotencia de la izquierda frente
al curso del mundo. El fenómeno Mélanchon revela un acceso de credulidad
desesperado. Tuvimos las experiencias de Syriza en Grecia o de Ada Colau en la
alcaldía de Barcelona para saber que la « izquierda radical », una
vez instalada en el poder, no puede nada. No hay ninguna revolución que pueda
ser impulsada desde la cumbre del Estado. Menos aun en esta época donde los
Estados están sumergidos mas que nunca antes. Todas las esperanzas puestas en
Mélanchon tienen por vocación la decepción. Los gobiernos de « izquierda
radical » que pretenden apoyarse sobre « movimientos populares »
mas bien acaban con ellos, no con represión sino con depresión. La agresividad
misma de los melanchonistas devela suficientemente su necesidad de convencerse
a si mismos de lo que saben ser(es) una mentira. Buscamos convencernos tanto
solo de lo que no estamos seguros creer. En efecto, nadie revolcó jamas un
sistema respetando los procedimientos. Las elecciones no han tenido jamas la
función de permitir a cada quien expresarse políticamente, sino renovar la
adhesión de la población al aparato de gobierno y hacer que consienta su propia
desposesión. Solo son un gigantesco
mecanismo de procrastinacion. Nos evitan
tener que pensar los medios y las formas de una revolución desde lo que somos,
desde donde estamos y desde el lugar donde tenemos la posibilidad de actuar
sobre el mundo. Anadimos a esto, al
igual que todas las elecciones presidenciales, una especie de resurgimiento
enfermizo del mito nacional, de autismo colectivo que se figura una Francia que
jamas ha existido. El plan nacional se convirtió en él de la impotencia y de la
neurosis. Nuestra potencia de actuar se encuentra mas allá de este eslabón
desbordado por todos lados.
Pero entonces, ¿qué propone usted , Dejar a Marine Le Pen acceder
al poder ?
Es patente que Marine Le Pen tiene una función precisa dentro del sistema
político francés : forzar por la amenaza que representa la participación a
procedimientos a los cuales ya nadie cree. Hacer votar los unos y los otros
« tapandose la nariz », derechizar hasta lo absurdo los términos del
debate publico y figurar dentro del sistema político una falsa salida de el
mismo- cuando forma parte de su estructura. Evidentemente, la cuestión no es
salir del euro pero salir de la economía que nos convierte en ratas.
Evidentemente, el problema no es la invasión de « extranjeros » sino
vivir en una sociedad donde somos extranjeros los unos con los otros y hasta
con nosotros mismos. Evidentemente, la cuestión no es restaurar una totalidad
de empleo para todos sino acabar con la necesidad de hacer todo, y sobretodo
cualquier cosa, para « ganarse la vida ». Evidentemente no se trata
de « hacer política de otra forma » mas bien hacer otra cosa que
política -pues es evidente que la política es, a todos los niveles, el reino
del engaño y la artimaña. Ninguna revolución puede ser mas loca que el tiempo
en el cual vivimos -el tiempo de Trump y de Bachar, el de Uber y del Estado
Islámico, de la caza de Pokemons y de la extinción de las abejas. Volverse
ingobernable no es ya un capricho de anarquista, se convirtió en una necesidad
vital en la medida que los que nos gobiernan tienen -muy evidentemente- el
timón de una nave que va en el abismo. Los observadores los mas mesurados
admiten que la política se descompone, califican esta campaña de
« escurridiza» para no decir « inexistente ». No tenemos ninguna
razón de sufrir un ritual que se convirtió en algo tan nocivo. Estamos cansados
de comprender porque todo va mal.
¿Piensa entonces que no hay nada que esperar de estas elecciones ?
Si, por supuesto : su desbordamiento. Hace un año, bastaron unos
usuarios de youtube y otros cuantos estudiantes para lanzar un intenso
conflicto que duro varios meses contra la “Ley del Trabajo”. Lo que se tradujo
como enfrentamientos callejeros mostraba el extremo descrédito del aparato
político, y por contragolpe el rechazo de dejarse gobernar. Creen que después
de la forma de chantaje a la democracia que se vislumbrara por la mañana de la primera ronda electoral el asqueo hacia la
política será menor que antes ? Creen que cada quien seguirá
tranquilamente delante de su pantalla constatando la demencia del espectáculo
de la política ? Que la idea de investir la calle con nuestros cuerpos en
lugar de investir los candidatos de nuestras esperanzas no le va a venir a
nadie ? Creen que esas elecciones tienen alguna oportunidad de calmar la
inquietud de las almas ? Hay que ser muy ingenuo para pensar que la
generación que se formo políticamente en el conflicto de la primavera pasada -y
que no dejo desde aquel entonces de formarse mas- va a tragar esta superchería
porque ahora les proponemos comer orgánico en los comedores infantiles y una
asamblea constituyente ? Desde varios meses, no paso una semana sin que
estallen enfrentamientos a los cuatro rincones del país. Para Theo (pie de
pagina: un parisino Afrodescendiente que un policía racista violo con su
bastón), en contra de la policía o en varios mitin del Frente Nacional.
Evidentemente, es minoritario y las elecciones, como non-evento, se van a dar.
Entonces la cuestión es la siguiente : ?Como hacer para que el vacío
intersideral que estallara por la mañana de las elecciones -quien sea el
vencedor- no sea el único hecho de los « jovenes » inmediatamente
reducidos por un despliegue policiaco exagerado. Para esto, necesitamos rearmar
urgentemente nuestras percepciones y nuestra imaginación política. Lograr descifrar
esta época y detectar los posibles que contiene, los caminos practicables. Y
seguir con que no hubieron elecciones presidenciales, que todo este circo duro
demasiado, que este mundo ha de ser parado lo mas rápido posible por todos los
lados que habitamos, sin esperar el abismo. Dejar de esperar pues. Recobrar
confianza en nosotros mismos. Entonces les podremos decir, como Benjamin
Fondane : « El mundo se acabó. El viaje empieza. »
Cualquier parecido con las próximas elecciones presidenciales en México, es mera coincidencia!
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