Foucault: dominios problemáticos para mí: violación, niños
En estos momentos en la Argentina se despliega una epidemia de violaciones y asesinatos de mujeres, la semana anterior ocurrió la desaparición de Micaela García (21 años), una semana más tarde su cuerpo sin vida fue encontrado en un descampado. Ella fue violada, luego asesinada. Dejo de lado otras violencias cotidianas que también las afectan. En los medios de comunicación, de izquierda, de derecha y todo lo contrario aparece, se difunden las opiniones de los especialistas "psi..." tanto psiquiatras, como psicólogos, y no están ausentes algunos psicoanalistas. Se trata de instalar una tendencia a implantar que con la modificación del Código Penal -requerimiento que no está puesto en tela de juicio- los violadores ya no saldrían de las cárceles, y poco a poco se construye el horizonte del ejercicio de la pena capital. Esos temas jurídicos muy importantes no pertenecen per-se al análisis de Freud ni de Lacan, a l@s analistas, solo que la violación, en tanto se ejerce contra la vida y la sexualidad de las mujeres -ellas son el objetivo del violador-, incluyen el ejercicio de una agresividad y de una agresión, ese conjunto de temas subjetivos si conciernen a la actividad del análisis, del analista, entre otras cuestiones pues no son pocas las mujeres que acuden al análisis a partir de lo que esa experiencia -la violación- implicó o implica sobre su vida subjetiva para vivir sus deseos de mujer en la sociedad. La violación tiene un rasgo: suele hipotecar la vida sexual, erótica de las mujeres que quedan atrapadas como "víctimas". En efecto desde el punto de vista del Derecho Penal son "víctimas" de una forma de crimen, mientras que cuando se extiende la institución de la víctima la vida subjetiva de las mujeres violadas, esa posición las deja como deudoras de una hipoteca cuyo propietario seguiría siendo el violador que administraría la escena de violación omo siendo un epitafio subjetivo grabado en la subjetividad de las mujeres violadas.
Debido a esos horizontes a estudiar, insisto estudiar para hacer algo,para pasar a otra cosa. considero pertinente reproducir estos fragmentos de un dialogo
[FRAGMENTOS] Encierro, psiquiatría, prisión*
Diálogo entre David Cooper,
Marie-Odile Faye, Jean-Pierre Faye, Michel Foucault y Marine Zecca, Jean-Pierre
Faye.- ... * Edición en castellano de 1981
La noción de “peligro” de
“peligroso”
El objetivo concreto era hacer anular el
decreto represivo sobre los rehenes (¡El mismo por el que Marx en aquel momento
felicita a la Comuna!). Aquí la noción de «peligro» se encuentra completamente
invertida. Pero en materia psiquiátrica...
COOPER.-El «peligro» funciona de
manera muy simple para los psiquiatras. Hay unas cuántas formas, unas fórmulas:
peligroso para los demás, peligroso para sí mismo... Se puede tachar uno de los
términos y dejar el otro. Es más sencillo todavía dejar los dos... Las formas
de detención corta pueden ser renovadas, «si es necesario». Para que tenga
lugar una renovación de un año basta con escribir un parágrafo -eso es todo.
J.-P. FAYE.- Y los parágrafos
están preparadas.
FOUCAULT.-En Francia, actualmente,
la primera pregunta que se le hace a un perito psiquiátrico ante los tribunales
es: ¿Es peligroso este individuo? Los psiquiatras a menudo no responden a la
pregunta del artículo 64 -¿Es responsable de sus actos?-, porque no pueden
responder. Estiman que no pueden responderla porque dicen que no tiene sentido.
Pero admiten -y esto es muy significativo- que pueden responder a la pregunta:
¿Es peligroso este individuo?
Ahora bien, si observamos con
atención el Derecho Penal, tanto el tipo anglosajón como el napoleónico, nunca
el peligro ha constituido un delito. Ser peligroso no es un delito. Ser
peligroso no es una enfermedad. No es un síntoma. Pues bien, hemos acabado por
hacer funcionar, como si fuera una evidencia y desde hace más de un siglo, la
noción de peligro gracias a una remisión perpetua de lo penal a lo médico y recíprocamente.
Lo penal dice: Escuchad, no sé muy bien qué hacer con éste, quisiera saber cuál
es vuestra opinión: ¿Es peligroso? Y si se le dice al psiquiatra: pero vamos,
¿No irá usted a responder a esta pregunta? Replicará: Claro, el peligro no es
una noción psiquiátrica, sino que es la pregunta que me plantea el juez. ¡Y ya
está! Si se considera el conjunto, es evidente que todo esto funciona alrededor
de la noción de peligro.
J.-R FAYE.-Hay un continuo vaivén
entre los dos polos.
FOUCAULT.- Y el sistema soviético
funciona igualmente de esta forma.
J.-P. FAYE.-El concepto de
«esquizofrenia tórpida»... El síndrome que no tiene síntomas. La esquizofrenia
es esa enfermedad que puede no tener síntomas: una especie de «noúmeno», de
«cosa en sí». Muy «peligrosa»...
COOPER.-Hace pocos días, los
psiquiatras americanos protestaron contra esa forma de diagnóstico en la Unión
Soviética. Porque hay formas de esquizofrenia diagnosticadas en la URSS que
son en realidad (para ellos) neurosis seudo-esquizofrénicas neuróticas... Todo
esto se convierte así en una cuestión lingüística.
J.-P. FAYE.-Sí se puede utilizar
de este modo el concepto de esquizofrenia fuera de cualquier síntoma en un
espacio no-occidental, esto plantea la cuestión de saber en efecto cómo fue
construido al principio en Occidente.
La disensión y la ideología
COOPER.-Hay efectivamente un
peligro en la «locura». Pero es el peligro de lo inesperado, de lo espontáneo.
Porque el loco no sorprende a los demás... Es «en nuestras palabras» donde lo
hace... En este sentido, todos los locos son disidentes políticos. En cada
delirio -o presunto delirio- se pueden encontrar declaraciones políticas. Y
otra cosa aún: la paranoia es una forma de hipernormalidad... Una forma
fascista de existencia.
J.-P. FAYE.-La mayor parte de las
veces, muy bien admitida.
COOPER.-Pero no se admite
fácilmente la proposición según la cual todos los locos son disidentes
políticos. Y, sin embargo, es cierto. Debería ampliarse el concepto de
disidencia, yo prefiero llamarla disensión, diferencia de sentimientos, de
pensamientos. La disidencia quiere decir: sentarse en otro campo. Ahora bien,
existen disidentes en la Unión Soviética que no quieren «sentarse en otro
campo». O en Alemania del Este, Wolf Biermann quiere el campo socialista -pero
quiere pensar de otro modo-. Es la disensión, el dissent del dissenter,
en inglés. Una cosa diferente. En la Bienal de Venecia, los socialistas
italianos propusieron como tema la disidencia en la Europa del Este. ¿Por qué
no la disidencia en general? Se podría celebrar un congreso muy interesante.
No es sólo la disidencia psiquiátrica lo que está en causa en el mundo capitalista,
sino también los disidentes de todo el Tercer Mundo, donde trabaja la crítica
de las armas. Los países socialistas tienen disidentes también -pero son
precisamente disidencias sobre las que, por su lado, el capitalismo está
basado: a través de la sobreexplotación del Tercer Mundo-. Millares y millones
de disidentes. ¿Cómo construir una base ideológica para la disidencia de todo
el mundo? A través de un análisis del poder. El que tú has hecho, Michel, en
bastantes campos ya: en Vigilar y castigar y en el primer tomo de La voluntad
de saber. Quizá utilizando el análisis de la Escuela de Budapest en términos de
«necesidades radicales» que abre muchas perspectivas. Y que allí debería ser un
poco aceptable...
Formar una base ideológica para la
disidencia en todo el mundo: ésa es nuestra cuestión. Desarrollar tal vez una
acción internacional -sobre esta base que está por encontrar7.
7. Es la misma perspectiva del
Congreso Permanente de Santiago, inaugurado el 25 de febrero de 1976, con la
lectura por Julio Cortázar, del veredicto del Tribunal RusselL II, con las
comunicaciones de Mario Pedrosa, Miguel Rojas-Mix, Ariel Dormían, Manuel Scorza
y Saúl Yurkisvich, con la de Mando Aravantinou en nombre del colectivo Khnari
de Atenas, y con el mensaje de Vratislav Effenberger y el grupo surrealista de
Praga, leído por Vicent Bounoure. Se prolongará en la exposición del Museo de
la Resistencia Chilena.
América Latina y psiquiatría
J.-P. FAYE.-Lo sucedido el pasado
invierno en Argentina ha mostrado que toda una franja de represión en América
Latina está en contacto igualmente con el lugar psiquiátrico. Y de un modo
curioso. ¿Cuáles son en este caso sus objetivos exactos? Psiquiatras de
izquierda, de tendencias próximas a la antipsiquiatría o al psicoanálisis se
han convertido en blanco de la represión. (Por ejemplo, Bauleo y sus amigos.)
¿De quién provenía la agresión? ¿Cuál era el modelo que servía de medida a esta
represión? ¿Una «buena psiquiatría» para la América Latina, que es «pensable»
en algún lugar de por allí?
FOUCAULT.- Conozco mal Argentina.
Conozco un poco Brasil. La situación allí es muy compleja. Ya que es completamente
cierto que, por una parte, los médicos del Brasil participan en los
interrogatorios que tornan la forma de la tortura. Dan consejos... Y es cierto
que existen psiquiatras que participan en ello. Creo poder afirmar que hay por
lo menos un psicoanalista en Río que es consejero de tortura. En todo caso, es
lo que me han dicho. Y no un psicoanalista de cortos vuelos, sino un personaje
que se refiere a las formas más sofisticadas del psicoanálisis actual...
Por otra parte, es absolutamente
cierto que hay allí psicoanalistas y psiquiatras que son las víctimas de la
represión política. Y que han conseguido tomar la iniciativa en acciones de
sentido contrario, en la oposición. A la cabeza de una manifestación muy
importante contra la represión, hacia 1968-1969, se encontraba un psicoanalista
de Río.
COOPER.- Pero uno de los generales
fascistas y «gorilas» de antes de Geisel era el presidente honorario de la
Asociación Mundial de Psicocirugía. En la época de Medici, sin duda.
FOUCAULT.-Medici era, en efecto,
un policía. Creo que tú, David, planteas un problema capital: ¿qué base
ideológica dar a la disidencia en general? Pero desde el momento en que se
trata de darle una ideología, ¿no crees que se le impide ser verdaderamente
disidencia? Creo que hay que darle unos instrumentos...
COOPER.-No una ideología: una base
ideológica, que es un poco diferente. Y puede incluir, por ejemplo, un análisis
del poder como el que tú haces: fenómeno todavía bastante inadmisible para mí.
Entiendo que luchas en tu trabajo por comprenderlo. Pero se trata de algo
multiforme: algo de base -que no es una ideología.
FOUCAULT.-Este trabajo que hay que
hacer sería más bien un instrumento ideológico: un instrumento de análisis, de
percepción, de desciframiento. Una posibilidad de definir tácticas, etc. Esto
es, en efecto, lo que hay que hacer.
La violación
FOUCAULT.-Tengo ahora otro
problema. Que se refiere al mismo dominio y que me gustaría que discutiéramos. Mi
pregunta es ésta. Hay actualmente en Francia una Comisión de Reforma del
Derecho Penal. Que funciona desde hace ya varios meses (¿con la hipótesis de un
cambio de gobierno?) y ha tomado decisiones sin importancia hasta ahora.
Sorprendentemente, decidieron telefonearme. Y me dijeron: estamos estudiando el
capítulo de la legislación sobre la sexualidad- Estamos muy preocupados y quisiéramos saber lo que usted piensa al
respecto... Yo les pregunté por las cuestiones que querían plantearme y me
enviaron unas preguntas que he recibido esta mañana.
En todo lo que concierne a la
legislación sobre filmes, libros, etc..., no hay problema. Creo que se puede
afirmar en principio que la sexualidad no pide ningún tipo de legislación, sea
cual sea. Bien, pero hay dominios que son problemáticos para mí. El de la violación.
El de los niños. ¿Qué debe decirse a propósito de la violación?
COOPER.-Es lo más difícil.
FOUCAULT.-Siempre puede uno sostener
el discurso teórico que consiste en decir: en cualquier caso la sexualidad no
puede ser nunca objeto de castigo. Y cuando se castiga la violación, debe
castigarse exclusivamente la violencia física. Y decir que no es sino agresión
y nada más: que se plante el puño en el rostro de alguien, o su pene en el
sexo, es absolutamente igual... Pero, en primer lugar, no estoy seguro de que
las mujeres estén de acuerdo.
ZECCA.-No demasiado, no. En
absoluto, incluso.
FOUCAULT.- Así pues, admitís que
hay un delito «propiamente sexual».
ZECCA.-Ah, sí.
M.-O. FAYE.-Con todas las niñas
que han sido agredidas en un jardín público, en el Metro, en todas estas
experiencias de la vida cotidiana, a los ocho, diez, doce años: tan traumatizantes...
J.-P. FAYE.-Pero ¿no es esto
violación «psíquica», y no violencia?
FOUCAULT.- ¿Habla usted del
exhibicionismo?
M.-O. FAYE.- Sí, pero si en aquel
momento no hay transeúntes, gente que aparece o interviene, lo uno lleva a lo
otro -y esto pasa todos los días, en los solares, etc.-, Y es algo muy
diferente a recibir dos bofetadas por un adulto.
FOUCAULT.- Discutí sobre esto ayer
con un magistrado del Sindicato de Magistratura. Que me dijo: No hay razón para penalizar la violación. La
violación podría estar fuera de la penalidad. Debe hacerse de ella un hecho de
responsabilidad civil, simplemente: daños y perjuicios.
¿Qué pensáis de esto? Digo:
vosotras, las mujeres... Porque en este campo los hombres, desgraciadamente,
quizá tienen una experiencia mucho menos insistente.
ZECCA.-No consigo situarme en el
plano de la legislación. Y del «castigo» -es esto lo que me molesta.
J.-R FAYE.-Por un lado, en nombre
de la liberación de la mujer, estamos contra la violación. Y en nombre de la anti-represión,
estamos ¿a la inversa?
COOPER.-Se debería inventar un
«crimen otro». Un solo «crimen». (Un poco como en China, donde toda la
criminalidad queda reducida a quince puntos...) Un crimen que sería el
no-respeto al derecho del otro a decir no. Un crimen sin castigo, pero que remita
a una educación política... Dejando de lado el caso de las lesiones en la
violación.
M.-O. FAYE.-En este nuevo clima,
en el que la sexualidad debe ser libremente consentida, es evidente que la
violación es su «contrario».
J.-P. FAYE.-Tiene incluso un
aspecto represivo... Pero ¿cómo pensar la represión de la violación?
FOUCAULT.-Vuestra respuesta,
Marie-Odile y Marine, es muy clara; cuando he dicho: se puede considerar como
una violencia, eventualmente más grave pero del mismo tipo que pegarle un puñetazo
en la cara a alguien. Vuestra respuesta ha sido inmediata: no -es una cosa muy
diferente-. Algo más grave que un puñetazo.
ZECCA.-Ah, no.
FOUCAULT.- Entonces, esto plantea
unos problemas. Nos lleva a decir esto: la sexualidad como tal tiene en el cuerpo
un lugar preponderante, el sexo no es una mano, no es lo mismo que los
cabellos, no es como la nariz. Hay que protegerlo, pues, rodearlo, en cualquier
caso, conferirle una legislación que no sea la que vale para el resto del
cuerpo.
ZECCA.-Yo pensaba más
específicamente en el caso de los niños. Pero lo que se ejerce sobre los niños
no es ya un acto sexual, creo: es verdaderamente una violencia física.
COOPER.- La violación no es
orgásmica. Es una especie de masturbación rápida en el cuerpo del otro. No es
sexual. Es una lesión.
ZECCA.-Es lo que quería decir: ya
no se trata de sexualidad, entramos en otro campo, en el de la violencia
física.
FOUCAULT.-Pero ¿no dais la razón
con esto a lo que yo decía? No se trata de sexualidad, se castigará la violencia
física, pero sin hacer intervenir el hecho de que la sexualidad esté en causa.
Me perdonaréis que insista. Vuestra reacción era, al contrario, decir: es
completamente diferente, no es lo mismo que un puñetazo en la cara.
ZECCA.-Depende del punto de vista,
es muy difícil de analizar. Si me planteo la cuestión con una distancia,
considero que es una violencia física. Porque pienso en un niño. Pero pienso
también que es verdaderamente un traumatismo,
M.-O. FAYE.-Se habla mucho en este
momento del derecho al placer. Precisamente por ello, no se le puede quitar a
un ser por este medio...
J.-P. FAYE.-Se trata, pues, de una
lesión que puede lastimar la sexualidad misma
M.-O. FAYE.- En Chile, en los barrios de
chabolas, las poblaciones, en las condiciones de vivienda espantosas en que
están (terriblemente agravadas desde la Junta), existen frecuentes casos de
violaciones de niñas de ocho-nueve años por los padres, los hermanos. Se ven
niños que han enfermado completamente, como en la India, a causa del matrimonio
entre niños.
J.-P. FAYE.-Si se piensa en
términos de lesión, su singularidad es que es futura.
FOUCAULT.- ¿No se podría decir
respecto a este tema -como, por ejemplo, cuando se atribuye la frigidez de una
mujer (o eventualmente la sexualidad de un hombre) al traumatismo de la
violación, o incluso a una experiencia insistente de exhibicionismo no se puede
admitir que se hace jugar a la violación el papel del Edipo en los
psicoanálisis fáciles?
J.-P. FAYE.- En el transcurso de
un debate de «Shakespeare and Co.», Kate Millet explicó públicamente que en
París fue violada gravemente por violación «psíquica»... Contó todos los
detalles: en un café, el violador psíquico se sentaba a la mesa de al lado,
cuando ella cambiaba de café la seguía y se sentaba otra vez a su lado...
COOPER.- Me contaron un ejemplo
más inquietante aún. Una niña de ocho años violada por un joven obrero agrícola
de veintiocho años, en una granja. Ella cree que el hombre la quiere matar, le
rompe sus vestidos. Vuelve a casa -su padre es médico, cardiólogo, y a la vez
interesado por Reich: de ahí la contradicción. Ve volver a casa a la niña que
no dice nada. Permanece completamente muda, durante varios meses, tiene
fiebre. Sigue sin decir nada, por principio. Al cabo de varios días, sin
embargo, deja que vean que está herida, corporalmente. Le cuidan el desgarro,
suturan la herida. Como médico y reichiano ¿denunciará el caso? Se limita a
hablar con el jornalero, antes de que se vaya. No se desencadena ninguna acción
judicial. Hablan y se olvida el asunto. Pero la historia acaba con la
descripción de una dificultad psíquica inmensa al nivel de la sexualidad, más
tarde. Lo que no es verificable sino cerca de diez años después.
Es muy difícil pensar algo con
respecto a esto, al nivel jurídico. Ya no es fácil a nivel de lo psíquico
-mientras parece fácil al nivel del cuerpo.
FOUCAULT.-Dicho de otro modo, ¿Hay
que dar una especificidad jurídica al atentado físico que tiene por objeto el
sexo? Éste es el problema.
J.-P. FAYE.- Hay una lesión que es
a la vez corporal, como un puñetazo en la nariz, y a la vez anticipa una lesión
«psíquica» -entre comillas-, quizá no irreversible, pero que es muy difícil
medir. Al nivel de la responsabilidad civil, es delicado «medir el daño». Al
nivel de la responsabilidad penal, ¿qué posición puede tomar un partidario de
Reich? ¿Puede denunciarlo, intentar una acción represiva?
FOUCAULT.-Pero, vosotras, en tanto
que mujeres, chocáis con la idea de que se diga: la violación entra dentro de
las violencias físicas y debe simplemente ser tratada como tal.
M.-O. FAYE.- Sobre todo cuando se
trata de niños, de niñas.
COOPER.-En el caso de Román
Polanski, en EE.UU., se trataba de sexualidad oral, anal y vaginal con una
chica de trece años, y la chica no parecía traumatizada, telefoneó a una amiga para
contárselo -pero la hermana la escuchó detrás de la puerta-, y se puso en
marcha todo el proceso contra Polanski. Allí no hubo lesiones, el «traumatismo»
tiene su origen en las «formaciones ideales», sociales. Parece ser que la
chica gozó con sus experiencias. [En fechas recientes la mujer que fue esa
joven tiene una petición destinada a la Suprema Corte de Justicia de los EEUU
para solicitar el cierre de esa causa, se declaré la inocencia de Polanski,
debido a que el mantenimiento de ese expediente provoca dificultades en su vida
de familia, laboral y de relaciones sociales. Ver el filme documental de una
mujer, Marina Zenovich, allí aparece ese testimonio “Polanski,Wanted or desire?(2008)
el filme demuestra como la causa contra Polanski fue el primer armado mediático
de un supuesto crimen sexual]
FOUCAULT.- Por lo visto consintió.
Y esto me lleva a la segunda cuestión que quería plantear. La violación, a
pesar de todo, puede delimitarse bastante fácilmente no sólo como
no-consentimiento, sino como rechazo físico al acceso. Al contrario, el
problema se plantea tanto para los niños como para las niñas -ya que la
violación cuando se trata de niños es algo que no tiene existencia legal-
cuando se trata de seducción, el problema del niño seducido. O que trata de
seducir. ¿Es posible pedirle a un legislador que diga: Con un niño que
consiente, con un niño que no rechaza, se pueden tener no importa qué forma de
relaciones, esto no atañe para nada a la ley?
COOPER.-Una digresión: hace dos
años, en Inglaterra, cinco mujeres fueron condenadas -creo que con la sentencia
en suspenso- por la violación de un hombre ¿No es éste el paraíso para muchos
hombres?
FOUCAULT- El problema de los
niños, ésta es la cuestión. Hay niños de diez años que se abalanzan sobre un adulto,
¿entonces? Hay niños que consienten ¿gustosos?
M.-O. FAYE.- Mientras se trata de
niños entre ellos se finge que no se les ve. Cuando un adulto entra en juego,
ya no hay igualdad o equilibrio de descubrimientos y responsabilidades. Hay
una desigualdad... difícil de definir.
FOUCAULT.- Me atrevería a decir:
desde el momento en que el niño no rechaza, no hay ninguna razón para castigar
nada. Pero lo que me sorprendió es que ayer hablando de ello con unos miembros
del Sindicato de Magistratura, uno de ellos tomaba posiciones muy radicales: es
aquel que decía precisamente que la violación no debía ser penalizada como
violación, que era simplemente una violencia. A propósito de los niños empezó
a tomar una posición igualmente muy radical. Pero en un momento dado se
sobresaltó y dijo: Ah, debo decir que si
viera a alguien que la toma con mis hijos...
Además, encontramos el caso del
adulto que tiene una relación de autoridad con el niño. Sea como padre, como tutor,
médico. Me atrevería a decir al respecto: no es verdad que uno pueda obtener de
un niño lo que éste no quiere realmente por efecto de la autoridad. Y sin embargo,
está el problema importante de los padres, del padrastro, especialmente, que es
frecuente.
La represión
J.-P. FAYE.-Una cosa curiosa, a
propósito del asunto de Versailles...
FOUCAULT.-... y se trataba de un
médico... {¡y dos enseñantes!).
J.-P. FAYE.- A propósito de la
«seducción de los niños», he estudiado con un poco de detalle lo que enuncia la
legislación sobre estos temas. Curiosamente ha ido subiendo de grado el umbral
de edad. Con Luis Felipe son los once años, y Napoleón III lo puso en los
trece.
FOUCAULT.- Hasta 1960 hubo un
movimiento de la legislación en sentido represivo. El código de 1810 no
entendía de delitos sexuales: era el único código europeo en el que la homosexualidad
no era condenada. Poco a poco van apareciendo estos delitos: atentado al
pudor, escándalo público... Bajo Luis Felipe, en 1832. Luego bajo el Segundo
Imperio, hacia 1860. Luego, todo un paquete de legislación entre 1885 y 1905. Y
las hubo también bajo Petain, e incluso más tarde. Ya que en 1960, hubo todavía
una ley en este sentido, que prevé la agravación de la pena cuando el
«escándalo público para el pudor» (es decir: hacer el amor al aire libre) se
comete por dos hombres, o dos mujeres: se castiga el doble…
FOUCAULT.-... daños y perjuicios, pretium
doloris. Hay bastantes categorías de este orden. ¿Qué significa cuando
decimos: no se condenará al violador a prisión, no tiene ningún sentido
hacerlo? ¿Se le pedirán cien mil francos en concepto de daños y perjuicios? ¿Se
puede decir esto?
ZECCA.-No pensaba en términos de
dinero. Me pregunto simplemente cómo se puede dejar la puerta abierta para reconocer
el acto de violencia, con el fin de que no sea canalizado.
FOUCAULT.-Como un accidente de
automóvil.
ZECCA.- Sí. Hay algo ahí que me
molesta, lo que podrían hacer los adultos con los niños. Y una situación en la
que los niños no tendrían ningún medio jurídico para defenderse. Faltaría algo
al respecto. Si se considera el hecho únicamente como un puñetazo en la cara,
¿esto permite a no importa quién violar a un niño?
FOUCAULT.- Sabes también que la
legislación sobre la violación del niño, la «protección legal» que se presta a
los niños, es un instrumento que se pone en manos de los padres. Para que
liquiden así sus asuntos con otros adultos, las más de las
veces.
veces.
ZECCA.-Exactamente.
FOUCAULT.-¿O hacemos entonces de
la Administración, de una función burocrática cualquiera, la instancia que decidirá
el modo de protección necesaria al niño?
ZECCA.-No, imposible.
FOUCAULT.- ¿No podría ser un
asistente social quien tomara las decisiones?
ZECCA.- Es imposible.
FOUCAULT.- Os preguntaréis cómo es
que me he dejado atrapar así, por qué he aceptado contestar a estas preguntas.
Pero finalmente estoy un poco irritado con una actitud que ha sido, por otra
parte, la mía durante largo tiempo y que ya no suscribo, que consiste en decir:
para nosotros, nuestro problema es denunciar y criticar; que se despabilen con
su legislación y sus reformas. No me parece una actitud justa.
J.-P. FAYE.- ¿Es con motivo de
esta reforma del Derecho Penal que se prepara, sobre la violación y la
protección de los niños, por lo que la prensa sensacionalista lleva una
campaña sobre los «niños mártires»?
FOUCAULT.-Me parece evidente.
M.-O. FAYE.- Pero esta campaña
está en falso; ya que los «padres modernos» no se han convertido súbitamente en
monstruos, hay que resituar esta relación niño-adulto en una historia: antaño
los niños eran tomados a cargo de la comunidad, o por la familia comunitaria
ampliada, como muy bien lo ha demostrado David. Ahora la soledad de la joven
pareja con sus hijos en un HLM, en una ciudad obrera, esto engendra
precisamente los «niños mártires», toda una serie de tensiones -incluidas las
violaciones de niños.
J.-P. FAYE.-La presión de la
familia y de sus conflictos se acrecienta a medida que el campo de ésta se
estrecha: es lo que ha mostrado la descripción de David.
COOPER.- Sí, la comunidad era
aquel lugar de intercambios libres (relativamente). Incluido el que se
establece entre niños y adultos. De intercambios sexuales. Pero ¿Cómo
reconstruir una comunidad tal en el contexto del capitalismo avanzado? **
12 de mayo de 1977
No hay comentarios: