Acontecimiento Hebe, un acto advertido,@sladogna

                          
                                      Con las nuevas madres y abuelas argentinas ha vuelto a ocupar la                                    escena política esa primera mujer-madre corporal, gozosa y generosa,                                que todos –hombres y mujeres– hemos tenido para poder llegar a la                                 existencia y ahora a la vida política de la que el terror de Estado nos                               había distanciado. Es nuestro propio fundamento más hondo el que ha                                    reverdecido con ellas. Quizá la política necesite ahora el apoyo de todos                              nosotros desde más adentro y desde más abajo. Porque Cristina                                     Fernández-Kirchner ha prolongado y asumido como mujer-madre, y con el                          hombre que fue su marido, un nuevo modelo social de pareja política. No es                       poco para recuperar el origen materno del imaginario colectivo que busca una                    sociabilidad distinta. De todos modos, habremos ahondado un lugar nuevo y                              más fuerte si, para defendernos, la defendemos: no nos queda otra. Y no he                  sido ni soy, por eso, “kirchnerista” (León Rozitchner en Un nuevo modelo de                      pareja política, filósofo)

Hebe de Bonafini realizó - jueves 4 de agosto del 2016- un acontecimiento: llevó a cabo un pasaje al acto advertido ¿Cómo?  Con su cuerpo le dijo “No” al sistema jurídico. A ese sistema que la amenazó con una presentación forzada para que declare en la causa de “Sueños compartidos”. Ese mismo día el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi ordenó allanar la sede la Fundación y dio a entender, en el atardecer, que lanzaría una orden de detención por “rebeldía” ¡Rebeldía! ¿Rebeldía? ¡¡¡¿…?!!!

Cómo es posible que se pretenda sostener el adjetivo de “rebeldía” o de “rebelde” para calificar o recibir el acto de una mujer, que como madre, no practicó nunca la rebeldía. Hebe de Bonafini practicó, en cada ocasión, la subversión. Si, la subversión, término empleado por la dictadura cívico-militar-religiosa que al decir que combatía a la subversión azoló la Argentina  desde  el 24 de marzo de 1976 hasta el 10 de diciembre de 1983. Esa dictadura hizo desaparecer a dos hijos de Hebe  de Bonafini y a muchos más hij@s de otr@s mujeres, esas hijas e hijos secuestrados, desaparecidos, muertos, asesinados en supuestos combates fraguados recibían el calificativo de subversivos, no eran calificados de “rebeldes”.


Hebe de Bonafini comenzó sus acciones subversivas hace ya cuarenta años que se cumplirán esté jueves 11/08/2016, cuarenta años con su acciones subversivas al dar vueltas en la Plaza de Mayo frente a la Casa Rosada – color de la vergüenza- para reclamar, mostrar, denunciar el secuestro, la desaparición de sus hijos. Marchaban colocando en acto sus cuerpos ante el conjunto de la barbarie que impuso la Dictadura cívico-militar. Hebe realiza una acción performativa toma el adjetivo empleado por la dictadura, como u  guante, hace aparecer con honor otra faceta: el acto subversivo advertido. En épocas de la dictadura los grupos  de estudios de psicoanálisis, espacios que fueron un refugio para muchos militantes, tomaban sus precauciones con no proponer en sus bibliografía “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”, en Escritos I.( Siglo XXI. México, 1979, T.1)

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