Franco Berardi "Bifo": la amistad salida explotación actual
Entrevista | Franco Berardi
'Bifo': “La amistad es la manera de salir
de la explotación actual”
El filósofo italiano afirma que
hemos de “re-erotizar la comunicación social” para luchar contra el
“automatismo financiero” que nos gobierna
Berardi participa del festival de
arte no convencional y comunicación de guerrilla The Influencers, del 22 al 24
de octubre en Barcelona (CCCB)
La casualidad habrá querido que
el discurso de Berardi no haya llegado a sus dominios, pues el filósofo de 66
años ha tocado casi todos los temas: marxismo, psicoanálisis, análisis
sociológico, teorías de la comunicación. Siempre con especial interés en el
capitalismo post-industrial. Autor de una veintena de libros, desde su etapa de
comunista raso en la Italia de los 70 pasando por el ciberpunk de los 80, el
último trata sobre las sociedades liberales y las enfermedades mentales:
Heroes: Mass Murder and Suicide (Verso).
Cómo se define a sí mismo alguien
a quien han catalogado de pensador, activista, escritor, agitador, filósofo…
Antes, mi definición favorita era
la de agitador cultural. Agitador en la comunicación, la investigación
filosófica… El problema es que hoy en día esta definición puede acabar siendo
sólo retórica. Prefiero hablar simplemente de filosofía: alguien que está
buscando algo.
¿De qué habla un filósofo hoy en
día?
¿Conoces Heroes? [Libro publicado
por el autor en 2015] Lo que más me interesa es la relación entre sufrimiento psíquico
y el contenido de la mente colectiva. El punto de conexión entre sufrimiento y
potencialidad.
¿Psicoanálisis colectivo?
Mmm… Podría ser. O
neuroplasticidad. O podría ser una ciencia que tenemos que inventar: la ciencia
de lo posible. No del futuro, sino de la futurabilidad.
Me he perdido.
Todo lo que es posible en el
cerebro humano, pero que, si no sale, si no se expresa, se convierte en
sufrimiento. En otras palabras, lo que más me interesa es desarrollar la
herencia del psicoanálisis para hallar las potencialidades humanas.
Si hablamos de sufrimiento, tú que has
trabajado de forma interdisciplinar el marxismo… Pienso en una fábrica. Aunque
con el tipo de trabajo de hoy en día… de
La cuestión del trabajo es más
complicada y rica hoy de lo que era el siglo pasado y, por tanto, es más
complicada y rica para el movimiento obrero. La actividad laboral hoy es cada
vez más cognitiva. En el trabajo industrial, la alienación se producía en las
horas de trabajo: implicaba una separación, lo que se hacía con el cuerpo y la
actividad mental, suspendida, en aquel espacio. Hoy en día la alienación tiene
un carácter muy diferente, la actividad mental no puede elegir, está
continuamente explotada.
La palabra alienación se
revaloriza, veo.
Sigue siendo muy utilizable.
Tenemos que redefinirla, pero el fenómeno de la alienación se presenta seguro
como una hiperexplotación y una expropiación de lo que es más humano entre los
humanos: su emocionalidad. La relación entre precariedad y trabajo cognitivo
produce un efecto: angustia.
¿Cómo es ese tipo de trabajo
cognitivo?
Precario. El trabajo cognitivo se
da esencialmente en condiciones precarias. Ah, la precariedad no sólo es la
indefinición jurídica entre trabajador y patrón, también entra en la
subjetividad de la gente. Es una despersonalización.
¿Nos aturde la mentalidad
productivista?
La fusión del trabajo con las
nuevas formas de comunicación hace que todo el tiempo de vida esté involucrado
con la productividad. Y lo que es peor, con la competitividad y con la
percepción de peligro en la relación con los otros: todo el mundo es peligroso
porque el trabajo no se limita a las ocho horas.
Antes estaba claro contra quién
había que luchar: el patrón. Ahora no está tan claro: ¿Cómo lo combatimos?
Combatir no es la mejor palabra.
¿No se puede combatir?
¡No! Sí, sí. [Ríe] Simplemente la
palabra… No es buena. La idea de que hay un frente, contra otro frente. [Frunce
el ceño, se arruga de cejas para arriba] El lugar del poder, que era tan claro
en el pasado, como lugar físico y político, pienso en el Palacio de Invierno,
ahora es totalmente indefinible. El poder no es un lugar, es una relación que
cada vez se insinúa hacia uno mismo. El trabajo cognitivo no logra que nos
reconozcamos como un cuerpo solidario: no logramos una condición de solidaridad
en el interior del trabajo.
¿Y lo podemos combatir, o no?
Perdón, sí: hay que abstraerse de
esta lógica a través de redes de solidaridad. De solidaridad… O de amistad. La
amistad es la manera de salir de la condición de explotación actual. Pero
amistad, es sólo una palabra… La política del tiempo que viene es la de la
amistad; no es siquiera una política, es un psicoanálisis, es una terapia.
Pues va a haber faena que hacer
con una terapia tal…
¿Cómo hacemos para desarrollar
esta terapia? Mi trabajo está dedicado esencialmente a eso: ¿Cómo se desarrolla
una terapia que no es individual? Una terapia que no se mueve en el cuadro
topológico descrito por Freud: consciente e inconsciente. El inconsciente ha explotado
hoy en día. [Ríe] Hay otro universo paralelo, otra consciencia colectiva: el
mundo en red. L'uomo senza inconscio [el hombre sin inconsciente], del
psicoanalista italiano Massimo Recalcati, habla de eso, del hecho de que
nuestra vida cotidiana y comunicativa, nuestra relación con el universo
comunicacional, es el inconsciente contemporáneo, que ya no está en el interior
del individuo.
En Europa hemos visto muchos
mecanismos entusiastas que han tenido traducción política: Grecia, sin ir más
lejos. Tú has apoyado fervientemente a Tsipras.
La cuestión europea es un polo de
concentración de las nuevas formas que no logramos expresar de manera política.
Hablar sobre política y Europa es hablar de impotencia, como Tsipras ha
demostrado muy bien. El intento de salir de la situación de crisis y
explotación financiera de Europa no puede funcionar porque no se trata de una
cuestión política. El concepto de política que manejamos no puede captar ya la
esencia de Europa. ¿Sabes cómo se hace política ahora desde Europa?
No…
¿Te suena la abuela de Schäuble?
Ahora en setiembre sacaré un libro que se llamará La abuela de Sch ä uble. Este
señor dice: “Mi abuela decía que la benevolencia es el preludio del
libertinaje” . La palabra desregulación es propia del neoliberalismo. Cuando
hablamos de Europa, ¿qué significa reglas? La definición de regla es política:
significaba una negociación racional… Hasta que llegó Thatcher. Ella dijo que
tenemos que vivir sin reglas: en el sentido neoliberal. [Ríe] Las reglas han
dejado de ser resultado de una decisión racional, política, lingüística. Las
reglas son un automatismo… Un automatismo financiero. Como han comprobado los
griegos. Cuando Varufakis se encuentra con
los miembros del Eurogrupo, el problema no es decidir cuestiones políticas: ¡Si
las autoridades políticas no deciden nada! Sólo aplican reglas que no
pertenecen a su campo de decisión. Hay que enfrentarse a una condición que ya
no es la del combate político. La palabra para definir a Tsipras es:
impotencia.
Impotencia, dos veces ya.
Es la realidad de nuestro tiempo.
Yo pienso: ¡Obama! El hombre que mejor explicita la crisis de la voluntad
política. Este tipo, que es el hombre más poderoso del país más poderoso de
todos los tiempos, se presentó a la opinión pública diciendo: “Sí podemos”.
Podemos, la palabra más embarazosa para la política…
Me suena lo de podemos.
Sí, lo sé… [Ríe] Y la palabra es
embarazosa porque, tautológicamente, es una obviedad: ‘Si eres el hombre del
país más poderoso: puedes’. Pero no: no podemos. Esa es la verdad. La
experiencia de Obama nos enseña que no podemos cerrar Guantánamo, acabar con la
venta de armas, ¡ni salir de la guerra de Irak!
Y entonces…
Lo que tenemos que hacer no es
confrontar la potencia política contra el automatismo financiero. Lo que
podemos, como trabajadores cognitivos, es desprogramar la máquina que nos ha
llevado al actual estado. Como trabajadores cognitivos lo podremos todo si somos
capaces de reconstruir una dinámica de amistad, de solidaridad. Lo hemos
construido entre todos: ingenieros, informáticos… Podemos reconstruir lo que
Marx llamó el general intellect… El problema está en las condiciones de
competencia en las que trabajan los ingenieros y los poetas. Los ingenieros y
los poetas no pueden trabajar juntos porque se considera que son universos
separados y enemigos. Si logramos construir una condición de amistad en el
trabajo cognitivo, lo podemos todo.
¿Pueden esas mismas redes de que
hablábamos ayudar a esta sublevación?
¡Claro! Si hay una máquina
hipercompleja que es el mecanismo de mi actividad, de tu actividad, de su
actividad… Esa es Internet. El efecto del trabajo de millones de trabajadores
cognitivos en el mundo, eso es Internet. Respondiendo a tu pregunta: claro que
sí, la dimensión reticular es la dimensión donde el trabajo cognitivo puede
desarrollarse. Internet es una condición comunicacional, no es sólo una
tecnología: nos permite conectarnos y nos impide conectarnos.
La vida a través de una pantalla…
La amistad es el placer de la
relación con el cuerpo del otro. ¿Cómo podemos re-erotizar la comunicación
social? Hemos de re-erotizar la comunicación social. Ese es el problema
político que enfrentamos hoy.
¿Hablarás sobre todo esto en tu
charla? ¡Te faltará tiempo!
Generalmente no elijo de qué
hablar antes de ver a quién tengo delante, en qué ambiente y espacio. Pero
bueno, yo creo que voy a hablar sobre la futurabilidad: no hay futuro. No hay
un futuro. Hay una dimensión imperiosamente automática del futuro, pero hay una
pluralidad de futuros posibles. Tenemos que reactivar nuestra imaginación
partiendo de la pregunta: ¿Cuáles son los futuros posibles? Me temo que voy a
hablar de la guerra… y también del podemos real. [Ríe]
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