Post -Op:mutan cuerpo real, simbólico e imaginario
En el curso de está semana, el lunes 30/06/2015, en Buenos Aires, Argentina, en el edificio de la Facultad de Ciencias Sociales se realizó una performance de activistas del Grupo Pos-Op que insertaron su acción en el seno del saber académico que se sintió terriblemente afectado pues en ese lugar de saber se realizó una experiencia. Fue en la sede Constitución de
Ciencias Sociales. El rector de la Universidad de Buenos Aires afirmó que los
responsables deberán dar explicaciones. (¡¡¿¿...??!!). El Ministro de Educación de la Nación declaró “No es el ámbito para estas prácticas” (¡¡¡...!!!). El tema tomó su lugar en las redes sociales.
¿Como afecta la practica corporal del Post-Op al análisis en su practica ? Afecta un nudo: los tres registros del real, del simbólico y del real más el cuerpo se presentan actuando al mismo tiempo, sin privilegiar a ninguna de ellas. Esa multiplicidad toca, modifica, muta un ternario de la vida cotidiana de cada análisis en curso: el ternario de inhibición, síntoma y angustia.
La actividad performativa del Grupo Post-Op deja abierta la posibilidad de colocar en otro espacio las actividades de Jacques Lacan cuando pronunciaba sus conferencias, sus seminarios orales, así como sus intervenciones en los análisis que se dirigían a él -Cfr.: Jean Allouch, Hola... ¿Lacan? Ciertamente no -
Convendría re- ubicar la actividad de Jacques Lacan cuando efectuaba presentación teatral de enfermos, no se trata solo de objetar el componente psiquiátrica de la misma, hoy el Pos-Op permitirá , si aceptamos el riesgo, situar esa práctica como siendo cercana a las presentaciones del post-porno que se aleja de la obscenidad psiquiátrica, del porno del saber universitario practicado por algunos analistas lacanianos.
(Lacan pos-porno)
“Hasta ahora estábamos invisibilizadas”
Antes del debate que despertó la
intervención del Grupo Post-Op en la Facultad de Ciencias Sociales,UBA, Urko y Majo Pulido explicaron a
Página/12 los propósitos de sus performances. “El posporno está hecho por
quienes hasta ahora estábamos mostradas de un modo comercial”, dicen. Reportaje
de Sergio Kisielewsky
Investigan temáticas de género,
sexualidad y pospornografía desde una perspectiva transfeminista, plantean la
resexualización del espacio público a través de lo que llaman prácticas no
normativas. Mostraron su obra en el Museo Reina Sofía, en el Museu de Art
Contemporani de Barcelona y el Centro Pompidou de París. Urko y Majo Pulido
estudiaron Bellas Artes en su país, España, y desde 2003 integran el Grupo
Post-Op, que lleva a cabo talleres, videos, instalaciones y performances en
espacios públicos y autogestinados.
Durante el último mes participaron en
Buenos Aires de la Bienal de Performance, con presentaciones en la Casa del
Bicentenario y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Antes de la
controversia generada por la actividad que protagonizaron en Sociales, Urko y
Majo dialogaron con Página/12 sobre sus ideas y los objetivos de sus prácticas.
(La actividad obscena del saber médico)
¿Qué es la pospornografía?
Urko: –No hay una discusión
cerrada sobre el término, pero para nosotras es una reacción de ciertos
feminismos relacionados con feminismo pro sexos, feminismos queer o
transfeminismos, una reacción ante la toma de conciencia de que el porno
comercial o el porno mainstream es un porno que está perpetuando los
estereotipos de sexo de género, nos está diciendo qué es lo que es sexo, qué es
lo que no, cómo deben ser los cuerpos de los hombres y las mujeres, nos está
hablando también de un sistema binario y nos habla de un montón de cuerpos que
aparecen invisibilizados dentro de la publicidad comercial. Ante esto podemos
tomar una posición abolicionista, pero nuestra posición es mucho más práctica:
tal como decía Paul Preciado, la pornografía es un arma demasiado poderosa para
dejarla en manos de otros; entonces apropiémonos de esta arma, apropiémonos de
estos medios de producción y generemos nuestro propio porno, generemos un nuevo
imaginario que hable de otras prácticas y de otro cuerpos más cercanos a
nuestros intereses. El posporno está hecho en primera persona por quienes hasta
ahora estábamos invisibilizadas o mostradas de un modo comercial, es decir,
marimachos afeminados, personas con diversidad funcional, personas gordas o
transmasculinas o transfemeninas, por ejemplo.
¿Qué significa la pornografía en
el contexto de la sociedad capitalista?
U.: –La pornografía regula los
cuerpos y, si es legal en muchos países, es porque interesa desde los poderes,
porque nos está acotando la sexualidad con unos parámetros muy concretos y está
reforzando uno de los pilares fundamentales de la sociedad capitalista, que
sería la familia nuclear y el predominio del patriarcado.
Majo Pulido: –En cambio, en la
pospornografía entran todos cuerpos que no encajan en los estándares de
normalidad corporal, todos los cuerpos que no encajan en los parámetros de producción
capitalista, ahí están los cuerpos trans, los cuerpos tullidos...
U. : –Vivimos en una sociedad que
valora más unos cuerpos que otros en base a su capacidad productiva y hay
ciertos cuerpos que quedamos fuera.
(Post-Op realizando su performance en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA)
¿El que genera ganancias y rating
en determinados programas de TV?
U.: –Hay ciertos cuerpos que son
leídos como menos válidos para el capital, ahí están todos los cuerpos de
personas con discapacidad funcional, con diversidad psíquica, las personas que
son leídas como cuerpos gordos, cuerpos enfermos, y por cultura las personas
que no encajamos en el sistema binario hombre-mujer, porque podemos atentar
contra uno de los pilares fundamentales de la sociedad capitalista que es la
sociedad nuclear.
Ustedes hablan de la resexualizar
el espacio público, ¿de qué manera?
U.: –Desde hace unos diez años,
las políticas sobre el espacio público han comenzado a ser súper restrictivas,
sobre todo en la ciudad donde más nos movemos, que es Barcelona.
¿En qué sentido?
U.: –El espacio público ya no es
un espacio de goce y de disfrute ni es un espacio en el que tú puedas
intervenir, es un espacio de paso, de consumo, de shopping, hecho para los
turistas europeos, norteamericanos. Por ejemplo, en los parques no se puede
cocinar, no se puede beber, no se puede tocar ningún instrumento, no sirve para
nada así el espacio público. Todo tipo de intervención artística en el espacio
público está totalmente controlada y sólo puedes ver arte en los espacios donde
pagas por ello, solamente puedes consumir y beber donde también pagas por ello.
M. P.: –La idea es limpiar la
ciudad convertirla para el turista, han eliminado toda forma de prostitución.
U.: –Las trabajadoras sexuales no
pueden trabajar en la calle y nuestra estrategia de resexualizar la ciudad es a
través de distintas prácticas, como el ecosex o el urbasex.
¿Qué significa?
U.: –Ecosex significa intentar
tomar los parques y jardines y hacer prácticas más o menos sexuales con toda la
naturaleza o con tus amigas y la naturaleza. El ecosex es una estrategia
ecologista, es un planteo que dice que, si hasta ahora hemos considerado a la
naturaleza como la madre tierra, ahora vamos a pensarla como nuestra amante,
con alguien que podamos disfrutar sexualmente con algo pactado. De alguna
manera vamos a cuidar más el planeta... Nos parece una buena manera para
resexualizar los espacios públicos. Cuando dices que eres ecosex no estás
diciendo que eres hombre o mujer ni la genitalidad que tienes, sino que te
gusta disfrutar con la naturaleza, que te gusta tener prácticas con la arena,
con el mar tener conciencia del calor, del frío, puedes compartirlo...
¿Se habla de sexualidad como una
creación artística entre lo público y lo privado?
U.: –Nuestra sexualidad la vemos
como una práctica artística, no hay una línea tan marcada entre lo público y lo
privado. Para nosotros es fundamental politizar lo privado, nuestra sexualidad,
sacarla a la luz. Lo personal es político.
Y el tema del pudor, ¿cómo se
incluye en esa práctica?
U.: –Nosotras no estamos pensando
en quién nos ve, hemos llegado a tener suficiente empoderamiento al momento de
hacer cualquier acción en el espacio público para sentirnos libres y no pensar
en el otro. El tema del pudor es que esto no ocurre de un día para otro; para
que una persona se sienta empoderada y fuerte para mostrar su sexualidad en un
espacio público hay que crear espacios y posibilidades para esos cuerpos.
¿De qué manera lo crearon?
U.: –En nuestros talleres
posporno creamos espacios en que se empoderen los cuerpos que han sido leídos
durante mucho tiempo como cuerpos que no encajan en los parámetros de
normalidad corporal. En nuestros talleres generamos un imaginario donde se
empoderen esas partes del cuerpo que leemos como partes incómodas o abyectas, a
través de una serie de ejercicios de desinhibición o través de imágenes. Lo que
logramos es mostrar de una manera deseable y deseante nuestros cuerpos que
hasta entonces podíamos ver como abyectos, como esas partes del cuerpo que
había que esconder.
¿Cómo se manifiesta lo que
ustedes denominan acción directa?
M. P.: –Nosotros éramos posporno
antes de conocer la palabra posporno y antes de crear el colectivo de Post-Op.
A veces hacemos acción directa sin darnos cuenta porque es nuestra manera de
vivir, y otras veces hacemos acción directa planteada como una manera de crear
activismo, intervenciones a través de la creación artística, que es de donde
venimos.
¿Cómo son las instalaciones que
realizan en el plano artístico?
U.: –Nosotras llevamos doce años
como activistas algo que empezó como performance, porque nos parecía
fundamental llevar toda esa serie de inquietudes en cuanto a los cuerpos que no
encajan, en cuanto a las identidades que se salen del sistema binario
hombre-mujer, lo que sería las sexualidades disidentes.
M. P.: –Todas estas inclinaciones
estaban en lo académico o en lo alternativo en centros sociales o en lo
institucional o en lo más under y no se conectaban, y nosotras habíamos
estudiado Bellas Artes.
Una mixtura...
U.: –Empezamos con un grupo de
performance y lo ampliamos con video, creaciones, instalaciones, intentamos
sexualizar espacios tanto teóricos como espacios nocturnos de fiestas.
Trabajamos mucho con las prótesis, sexualizar cualquier tipo de objeto, y lo
que hacemos es invitar a la gente que viene a esa fiesta, a la presentación de
un libro, a jugar en ese espacio con nosotras.
En una sociedad que privilegia el
lucro y la manipulación del deseo en gran escala, ¿cómo sienten que es recibida
su propuesta?
M. P.: –El sistema no sólo regula
los cuerpos, sino que regula las prácticas y es perverso, nosotros formamos
parte de lo monstruoso... de todo lo que no encaja. Nosotros nos reivindicamos
desde lo monstruoso, como monstruas empoderadas que les gusta mostrar su
sexualidad, como monstruas deseables y deseantes. Para nosotros es importante
nombrarnos desde el insulto, por eso utilizamos la palabra tullido marimacho,
es importante apropiarnos del insulto para que pierda su poder como insulto,
nombras desde ahí y pierde su connotación negativa.
Insisto, ¿cómo sienten que
repercute en el que ve la acción directa o las performances?
U.: –Genera confusión, que es lo
que nos interesa. Si los cuerpos que se ven son cuerpos trans, que no encajan
en un sistema femenino-masculino, te genera cierto desasosiego, porque no
puedes catalogarlo, y te hace plantearte hasta qué punto esas categorías que te
han vendido como verdaderas e inamovibles son ciertas, y cuestionarte también
tu propio deseo.
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