Un país serio, por Norberto Ferreyra



Un país serio, por Norberto Ferreyra*

Se dice, y esto le consta a muchas personas, que "no somos un país serio". Y es verdad.
Pero hay que aclarar cuál es la seriedad que no alcanzamos como pueblo, como país. Porque hay una 'seriedad' que hemos tenido y sufrido, y que siempre está latente en todo agrupamiento humano, y que es la 'seriedad' propia de la derecha en su accionar político.Esta 'seriedad', que es de la derecha, consiste en hacer una 'política seria' con el simple y rotundo sentido de hacer serie.

¿Y cómo hace serie?

Matando en serie, esa es su 'seriedad', y en este matar se trata, fundamentalmente, de que alguien muera antes de tiempo. Me refiero al tiempo en la vida de cada uno en el cual le toque morir, sin estar obligado a hacerlo, por ser matado o asesinado por una acción política de la derecha en la línea de lo que es su concepción de la seriedad. Esta 'seriedad' de la derecha no es la que necesitamos en nuestro país, pues la hemos tenido de sobra, y así estamos.

Valga recordar que, además de haber alcanzado el nivel más alto en números de víctimas y en crueldad en la construcción de la serie de matar, la última dictadura fue el período donde se multiplicó por seis la deuda externa, fue cuando se abrieron las fronteras (por Bolivia fundamentalmente, y a través del asesino Viola) para que la droga pase libremente, y muchas otras cosas más que sería cansador enumerar ya que todos las sabemos.

Lo que cada uno haga con ese saber es otra cosa y atañe a la responsabilidad de cada uno.

Esta 'seriedad' de la derecha es muy seductora, por lo expeditivo, para mucha gente y a veces ocurre que incluso personas que han estado o están en lo que se llama o se llamaba izquierda, a veces, sin querer o sin saberlo, la aprueban, otras no. Pero hay que decir que no es esa 'seriedad' la que nos puede convertir en un país serio.Se trata de otra seriedad que aquella, una seriedad que tiene que ver con hacer un acto político que no implique un goce por parte de quien lo hace.

Es claro que el que hace una acción política (no un acto político) transmite un goce y así son efectivamente todas las acciones políticas de derecha, que, tal cual las definimos, practican y realizan un goce que siempre tiene que ver —en diferentes niveles—, con la segregación y con la eliminación del otro, y sucede siempre que ese otro es el más desprotegido, el que menos tiene económicamente y políticamente.

Es decir, defino a una política como de derecha cuando su objetivo final es hacer callar al otro mediante la tortura, el asesinato o la muerte en varias de sus formas: hambre, salud, tortura moral, segregación, exterminio. El goce en este punto se define por hacer o intentar hacer daño al otro a través de la tortura física o moral, la segregación, el aislamiento y/o la muerte. Entiéndase bien, que es así cuando el único fin político es conservar el poder y sus privilegios, no me refiero a una acción casual o accidental.
A mi entender, un acto político es serio cuando el goce que implica todo acto es inexistente, o bien, está reducido al mínimo.

Esa es la seriedad que haría de nuestro país un país serio. Un país donde sus habitantes vivan en esa otra seriedad. Esa otra seriedad haría posible que la relación que cada uno tenga con el otro implique el reconocimiento real de una diferencia que los sostiene a cada uno como individuos de la especie hablante, y que la inevitable tendencia a hacer callar al otro tome otros caminos que el de someterlo o matarlo. Que "taparle la boca" sea un "triunfo" discursivo.

Hacer de la acción política un acto, tal como lo he definido, es la base de esa otra seriedad que conlleva una relación con el otro que no se sostenga ni en la idealización ni en la denegación del otro, fuentes en las que abreva el afán de sometimiento y muerte del otro. Este no es el anhelo de la derecha cuando dice que quiere un país serio.

Es necesario aclarar que toda acción política que intente, con cualquiera de los diversos modos ya descriptos, hacer callar al otro, es siempre de derecha más allá de donde se ubique ideológicamente.
El psicoanálisis es una praxis cuya base de existencia como discurso y como lazo social consiste en que pueda ocurrir que alguien pueda, al hablar, decir algo que le concierne en tanto sujeto e individuo de la especie, para entonces, poder hacer algo en su vida con eso.

Esta praxis que es el psicoanálisis tiene sus límites, ya que si bien es algo que va siempre más allá de lo individual, hay que considerarlo siempre singular en tanto está en relación al deseo de cada uno.Esto no impide que el acto analítico tenga consecuencias políticas y sociales, ya que hablar es la condición por excelencia de la política, y que es por la función de la palabra que se sostienen los lazos sociales entre los seres hablantes.
Buenos Aires, diciembre del 2013.

*Psicoanalista miembro y fundador de la Escuela Freudiana de la Argentina en 1974 junto con Oscar Masotta y otros. Co-fundador y Presidente de la Fundación del Campo Lacaniano

2 comentarios:

  1. La política de segregación del stalinismo, ¿sería también de derecha?Segregaron y mataron a quienes como Trosky ubicaban diferencias...

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    1. La tuya es una muy buena pregunta, esperemos que el autor del texto la tome y vea qué puede responder.

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