El psicoanálisis una experiencia rarita, presentación de Queer/Queoír de F.Bourlez
Fabrice Bourlez “Queer psicoanálisis/queoír psicoanálisis. Clínica menor y deconstrucción de género”, con prefacio de Jorge N. Reitter,
Presentación efectuada por Alberto Sladogna, el 24 de abril del 2021 (versión en castellano):
Mi gratitud al Dr. Rogelio Fernández
Couto por recibir y dar albergue a esta presentación, extiendo un enorme
reconocimiento a Pablo Vilar, a Mariela Contreras y a Said Martínez Grecco, miembros de la
Fundación Centro Psicoanalítico Argentino que desplegaron mucha energía para efectuar esta presentación. Un
agradecimiento a Fabrice Bourlez quien llevo a cabo una reescritura del texto
original permitiendo que hoy presentásemos una edición en castellano hermana de
la original y por eso mismo distinta, una edición rarita. Guardamos gratitud para
Arthur Cohen, presidente de Editeurs des Sciences et des art (editorial fundada
en 1876) quien autorizó esa reescritura, al mismo tiempo que cedió los derechos
de traducción e impresión. A los directores Launie Laufer y Fethi Benslama de
la colección “Psychanalyse en questión” que alberga en francés el texto de F.
Bourlez
Corresponde premiar mucho a las traductoras Cinthya Estrada Plancon y
Julieta Abrego, quienes fueron gentilmente propuestas por Fabrice Bourlez. Un
reconocimiento a la tarea de corrección de
efectuada por Jorge Nico Reitter, Patricia Garrido Elizalde, Alberto Sladogna, Rebeca González -editora de
las ediciones de “artefactos”-. Informo a los participantes en
esta actividad que desde hace más de dos siglos sigue vigente y sin cobrar un
premio por aquel libro impreso que no contenga errores de diversos tipos.
A Jorge Nico Reitter un reconocimiento especial por su entusiasmo para
efectuar un prefacio, reconozco que él previamente ya nos había regalado su
“Edipo Gay. Heteronormatividad y psicoanálisis” (2019).
El psicoanálisis una experiencia rarita.
La experiencia analítica es una actividad rara, rarita, gay, alegre ¿No es
raro seguir al analizante en los deseos raritos de sus sueños, en los actos de
sus lapsus, en los horizontes que muestran sus angustias, en la diversidad de
sus prácticas sexuales y eróticas? El psicoanálisis también es una actividad
minoritaria. Recuerden que el término provenzal que alimenta el vocablo “gay”
subraya que se trata de una actividad pícara y alegre. No veo allí ninguna
diferencia con la práctica del análisis en el diván o dónde se realice.
El término gay cambió su orientación a partir de un acto, subrayo un acto
épico que no fue un acto edípico. Un acto épico ocurrido el 28 de junio de
1968: la revuelta de Stonewall, un bar de New York , EEUU. Ese acto se desplegó
a partir del calor performativo de una frase reiterada por los participantes “Estoy
aquí orgullos@ de ser gay, lesbiana, travesti, transexual, …”. Tres días de
continuos combates mantuvieron ese acto enfrentando a las fuerzas policiales
que pretendían volver a extorsionarlos como solían hacer en ese bar y otros. Un
pasaje al acto épico que el psicoanálisis acepta y ha incorporado a sus
instrumentos clínicos y teóricos (Cfr., Jean Allouch “Nuevas observaciones
sobre el pasaje al acto”, es suficiente que un solo psicoanalista lo haya hecho
para modificar el estado del “pasaje al acto o de la llamada “cuestión” gay en
el psicoanálisis). Ese día un término experimentó una mutación pasó de ser un
signo de oprobio para adquirir mediante el acto el lugar de un orgullo.
Queer psicoanálisis/queoír psicoanálisis[1]
recupera la performatividad de ese acto épico ampliando, interrogando,
cuestionando la llamada escucha analítica, misma que ya desde el vamos es una práctica
minoritaria. Bourlez presenta una “clínica minoritaria” que no es una práctica
simbólica, ni es imaginaria ni es real sino que es todo lo contrario; es una
clínica diagramática de esos tres registros sin privilegiar uno de ellos. Una
clínica incomoda que en el mismo momento de recibir las formas diversas e
infinitas de la subjetividad genera y acepta las tensiones, las contradicciones,
las novedades que el queoír despliega en el campo del psicoanálisis y de otras
prácticas.
Queer, queoír raro, rarito, torcido, extraño. Un rarito de nombre Jacques
Lacan en su primera visita a los EEUU, habló del inmixing para la existencia de
un sujeto (¡¡¿¿Término raro, rarito, torcido??!!).[2]
Allí se dice que una mujer asistente a la conferencia le preguntó por qué razón
fuma un cigarro torcido, la respuesta de Lacan habría sido “Esa es la mejor
pregunta que he recibido hoy”. Tomando nota de este horizonte del queer/ queoír
se revela pertinente que Jorge Nico Reitter subrayé en el prólogo “En este
libro escucho a un psicoanalista”, comparto esa toma de posición.
Gilles Deleuze y Félix Guattari son convocados por Fabrice para indicar que
la “clínica mayor” tiene un horizonte fijo, ya fijado:” emplear las variables
para fabricar constantes” ¿Cuántos somos obligados a emplear una lengua mayor? ¿Quién
está libre de esa dificultad?
Kenzaburo Oé escribió a propósito
de la aparición en su la vida de su hijo Hikari “¿Cómo sobrevivir con nuestra locura?”, el
castellano - la lengua mayor- convirtió esa pregunta menor del escritor japonés
quien fue llevado por ellas a la función de autor. Esa novela pasó al
castellano como: “¿Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura?” mientras Kenzaburo
Oe preguntó ¿Dinos cómo sobrevivir con nuestra locura?
Cito a Fabrice Bourlez” ¿Cómo arrancar de nuestra propia lengua una
literatura menor, capaz de minar el lenguaje y de hacerlo huir por una línea
revolucionaria? ¿Cómo volverse el nómada, el inmigrante, el gitano de su propia
lengua”
Elio Antonio de Nebrija invento, escribió la “Gramática de la lengua castellana”
( 1492 presentado ante la reina tres meses antes del llamado descubrimiento de
América Latina ) El autor indicó a la reina Isabel “que siempre la lengua fue
compañera del imperio…”. Fabrice nos recuerda una regla de la gramática “es un
marcador de poder antes de ser un marcador sintáctico”
Una experiencia queoír
Un día al concluir una sesión escribo en mi agenda, el analizante al verme
escribir exclama “¡Ud., es zurdo!”
sorprendido infraganti dije “Si”. En una “supervisión” -término de la clínica
mayor- me es señalado que cometí un “acting”, que solo tenía que haberme
callado y dejar que el analizante desplegara sus fantasías, dejándome en claro
así que la fantasía es un instrumento para no ver o para tapar o cubrir un agujero
real. El ayudamemoria de esta presentación lo realice con letra manuscrita
empleando mi mano izquierda, un ejercicio que llevaba varios años sin
practicar.
Fabrice despliega la “clínica menor”, al hacerlo nos presenta un agujero singular,
cito “Agujereando las certitudes sobre lo que hablar quiere decir. El lenguaje
deja de ser representativo para tender hacia sus extremos o sus límites”.
Lanzo una pregunta para Fabrice, un interrogante a dialogar: Agujerear las
certitudes de lo llamado heteronormativo ¿sería en acto hacer un agujero sin
bordes cuyo único borde es el agujero? Reconozco que estoy parafraseando a Rimbaud
(“un mar sin orillas”), así como a un clínico menor, Lacan, quien el 3 de
febrero de 1969[3]
introdujo un agujero sin bordes concernido solo por su borde.
También tomo apoyo en María Pía López (Página 12, 9 de marzo del 2019)
quien describió de manera puntual el movimiento de las mujeres “Un río sin
orillas”. Añado a Marguerite Duras, la cito “Ese habría sido una palabra
ausente, una palabra agujero cruzada en su centro por un agujero. No se podría decirla,
pero sería posible hacerla resonar (“El arrebato de Lol.V. Stein”, título que
resuena para algunos practicantes de ese rarito universo del “psicoanálisis lacaniano”).
Por último, les recuerdo que Juan José Saer escribió “El rio sin orillas,
tratado imaginario” (1991).
Retorno a Queer psicoanálisis/Queoír psicoanálisis. Clínica menor y
deconstrucción de género. El autor propone un juego, hacer de la clínica menor
una clínica compartida en la que lo colectivo no es nada sino el simple sujeto
de lo individual,[4] ahí en
ese punto interroga, nos interroga, estoy concernido, cito “Hacer un desafío
inevitable de la pregunta:¿ a qué podemos jugar y como inventar un juego?”,
añado un juego menor, un juego rarito, queer, queoír.
El libro de Fabrice es una práctica en acto de una teoría analítica que sea
muy contemporánea como gustaba proponer J. Lacan.[5]
Este libro de Fabrice es tan contemporáneo que hace jugar la propuesta de
clínica menor practicada por Sigmund Freud cuando le indica a James Strachey y a Alice Strachey que efectúen un
casamiento “pour la galerie” para defenderse, enfrentar al poder y seguir
viviendo las practicas deseantes, eróticas, sexuales que cada uno de ellos
vivían.[6]
Anudado con este juego menor y vital coinciden al pie de la letra una
propuesta de Fabrice con la revista artefactos, una revista de la elp
(2008).[7]
En ese momento, 2008 Fabrice, y artefactos no se conocían, fue una
sincronicidad cuántica ¿Cuál fue ese encuentro? Fabrice lo escribe así “De
manera general no es tanto la sociedad que interroga la homosexualidad, sino
que la homosexualidad interroga a la sociedad” Eso le hace cuestión a la
sociedad ¿Qué es entonces una mujer?, ¿Qué es entonces un hombre?
Esas preguntas interrogan las identidades sexuales, entre otras, las
identidades dejan de ser un producto natural. Conviene precisar que esos
interrogantes reciben como respuestas, en ocasiones pasajes al acto criminales
contra homo-sexuales, transexuales, lesbianas o contra la infinitas maneras de
tener una vida rara, rarita, queer. Corresponde recordar que en la Argentina
uno de los primeros desaparecidos en la época de la dictadura
militar-económica-eclesiástica-política, fue el psicoanalista Hugo Francisco
Bellagamba, secuestrado el 19 de abril de 1976.
Para concluir mi presentación Fabrice deja abierto un horizonte, lo hace en
un capítulo sencillo por la complejidad que aborda, se trata del capítulo “Más
allá de la diferencia de lo sexos”, allí en un subtítulo enfrenta “La pizarra
de los sexos”. Lo hace con su estilo de juego alegre pues despliega el “no hay
relación sexual”, sin proponer el test de Rorschach[8]
conocido como las” fórmulas de la sexuación”, un test que fascina mucho
(fascina, fascinum, falo…) en los medios lacanianos. Fabrice aborda el
enunciado performativo “no hay relación sexual”, lo que me permite dirigirle
una pregunta: ¿Esa performatividad interroga el deseo desplegado por la
“clínica mayor”? El componente performativo de “no hay relación sexual” abre la
posibilidad de investigar el posible surgimiento de un nuevo deseo -subrayo
nuevo. Una forma del deseo que no es incluido en el “deseo” de la “clínica
mayor”. Fabrice Bourlez desde ya muchas gracias por los interrogantes y debates que
permites desplegar con Queer psicoanálisis/Queoír psicoanálisis. Clínica
menor y desconstrucción de género.
Alberto Sladogna, director de artefactos, una editorial de la elp.
[1] Muy
gentil Jorge N. Reitter por indicar
al público que el termino de “queer psychanalysis” fuese pasado en el título de
ese libro como “Queoír psicoanálisis” una rareza cometida por un tal –Alberto
Sladogna-, una extraña invención iluminadora, quizás, para el psicoanálisis
practicado en castellano.
[2] Confróntese: El 21 de octubre de 1966
Jacques Lacan pronunció una conferencia en el Simposio Internacional del Centro
de Humanidades John Hopkins (Baltimore-USA) bajo el título "Of Structure
as an Immixing of an Otherness Prerequisite to Any Subjet Whatever" 1.
Dicha conferencia –conocida como "la Conferencia de Baltimore"-
pronunciada en inglés, si bien incluyó algunos términos en francés
–fundamentalmente cuando Lacan consideró complicada la traducción de estos. A
los lectores de lengua española se nos presenta un obstáculo serio al intentar
traducir el título de la Conferencia: el término inglés "immixing" no
tiene un equivalente en nuestra lengua. Las dos traducciones reseñadas a pie de
página proponen los siguientes títulos: En "Lacan Oral": "De la
estructura como "immixing" del prerrequisito de alteridad de
cualquier sujeto" - "Acerca de la estructura como mixtura de una
Otredad, condición sine que non de absolutamente cualquier sujeto",
tradujo Leonel Sánchez Trapani en la Revista Acheronta. En : https://www.acheronta.org/lacan/baltimore.htm
[3] Ver el texto de Lacan que debía incluirse
en un periódico y en su seminario oral, se trata de “Una reforma en su
agujero”, texto que fuera rescatado por Patrick Valas en su biblioteca.
[4] Ver la anotación disimulada al pie de
página efectuada por el rarito J. Lacan en los Escritos I, al final de su texto
respecto del enigma del color de tres prisioneros.
[5] J.
Lacan “Función y campo de la palabra y el lenguaje” en Escritos 1, Siglo
Veintiuno Editores, Bs. As., 1988, p. 309.
[6] James
Strachey y a Alice Strachey pertenecieron al grupo de Grupo de Bloomsbury era
un influyente grupo de escritores, intelectuales, filósofos y artistas ingleses
entre cuyos miembros más conocidos estaban Virginia Woolf, John Maynard Keynes,
E. M. Forster y Lytton Strachey. Bloomsbury reaccionó contra los rituales
sociales victorianos, "los hábitos burgueses ... las convenciones de la
vida victoriana" con su énfasis en favor de un enfoque más informal y
privado sobre las relaciones personales y el placer individual. EM Forster, por
ejemplo, aprobó "la decadencia de la elegancia y la moda como factores y
el crecimiento de la idea de disfrute", y afirmó que "si tuviera que
elegir entre traicionar a mi país y traicionar a mi amigo, debería tener las
agallas para traicionar a mi país". El Grupo "creía en el placer ...
trataban de sacar el máximo de placer de sus relaciones personales, si esto
significaba triángulos o figuras geométricas más complicadas, bueno, entonces
también se aceptaba eso". Sin embargo, al mismo tiempo compartían un ideal
sofisticado, civilizado y altamente articulado de placer. Como lo expresó
Virginia Woolf, su "triunfo consiste en haber elaborado una visión de la
vida que no era de ninguna manera corrupta, siniestra o meramente intelectual,
más bien ascética y austera, que aún conserva, y los mantiene comiendo juntos,
y permaneciendo juntos, después de 20 años”
[7]Cfr.:
artefactos,1 2008, ver Sladogna: “El impacto del más allá de la sexualidad en
el análisis: una clínica de la doctrina”: “Por cierto que de este mundo no
podemos caernos. Estamos definitivamente en él.” Christian Dietrich Grabbe.”
Este método nos hará superar el simple catálogo de procedimientos o categorías
conceptuales. Volver a examinar el análisis, en un examen a su vez analítico,
es un procedimiento que revelará su fecundidad en relación a la técnica, como
ya lo ha revelado en relación a los textos clínicos de Freud.” Jacques Lacan…El
cuerpo: darle un lugar: “En este ensayo abordaremos las novedades que revelan y
ponen en tela de juicio el componente “natural” que se ha atribuido al cuerpo;
ese cuerpo que provoca su imagen y que soporta las formas diversas de la
subjetividad. Trataremos de leer sus consecuencias a partir del saber que se
desprende de las experiencias de la transexualidad, una de las estructuras
actuales que van más allá de la sexualidad. Más allá enunciado
performativamente por Jacques Lacan cuando mostró “el gran secreto del
psicoanálisis: no hay acto sexual” (12/04/1967), luego lo preciso como siendo
del orden de “no hay relación sexual”(12/03/1969). En particular aquellas
consecuencias que afectan a la clínica de la doctrina del análisis, por
ejemplo, que “la anatomía es destino” (S. Freud, 1912/1924), o el estatuto del
cuerpo que provoca el reflejo en un espejo (Lacan, 1936/1949), así como la
intervención clínica en la doctrina de un simbólico, un imaginario y un real
que no transmiten ninguna esencia “natural”.
[8] Tomo esta broma de Guy Le Gaufey-
Hola. Ud, cita la desaparición del psicoanalista Hugo Francisco Bellagamba, cual es la relacion de esa desaparición forzada con el texto? saludos
ResponderEliminarMe parece que esta publicación y su presentación es una buena invitación para navegar un "mar sin orillas". Y sí; "muy contemporánea"
ResponderEliminarMe parece que esta publicación y su presentación es una buena invitación para navegar un "mar sin orillas". Y sí; "muy contemporánea"
ResponderEliminarERnesto Duque entonces a navegar
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